LA TRINIDAD - INTRODUCCIÓN
En este presente escrito se establecera la Trinidad de manera Bíblica, Teológica y Filosófica.
La doctrina de la Trinidad es una de las piezas más fundamentales dentro del cristianismo para el correcto funcionamiento de toda la revelación bíblica. Y a la vez, la más malentendida, tergiversada y puesta en duda por muchos grupos aparentemente "cristianos".
Sin embargo, nosotros estamos llamados a entender y defender la verdad bíblica, creciendo en sabiduría y espiritualidad si estudiamos de manera adecuada la Trinidad, para que de esta manera tengamos una correcta visión no errada de una de las más importantes disciplinas del Cristianismo.
Es importante entender la naturaleza de Dios. Así podremos lograr una relación con Él más profunda, y podremos orar con más efectividad.
Empezamos
El Significado De La Palabra Trinidad
La palabra “Trinidad” proviene de la raíz etimológica del término latino trinĭtas, que se emplea en el cristianismo para nombrar o describir a las tres personas divinas que existen en una y sólo una esencia.
Dicha designación nace de las palabras "tres" (tri) y “uno” o “unidad”, que en composición de como resultado; tri-unidad = Trinidad.
Ciertamente el vocablo “Trinidad” no se encuentra textualmente en las Escrituras, dado que es una expresión que nace posteriormente en la era de la iglesia primitiva como defensa ante afirmaciones contra la ortodoxia cristiana.
Lo que posiblemente pase desapercibido para muchos es que este "pseudo argumento" es muy citado durante cualquier charla sobre la Trinidad para desacreditarla como una doctrina falsa o tardía. Sin embargo esto es falaz, puesto que se está exigiendo de manera rebuscada un concepto doctrinal propio de los primeros siglos de la iglesia naciente que no se va a hallar lógicamente en el tiempo judío, para concluir posteriormente que la ausencia de esta creencia lo hace falsa o incorrecta. Pero lo que verdaderamente evidencia este pseudo argumento son dos falacias, de anacronismo y del silencio.
Por consiguiente, no se sigue lógicamente que la falta de términos teológicos determinen una doctrina.
Argumentar bajo el silencio no es válido racionalmente, debido a que sólo se usa como caballito de guerra la ausencia de algo para demostrar su poca credibilidad posterior. Asumir esta posición incluso trae problemas graves para la doctrina de Dios en sí misma.
Ejemplifiquemos esto, usando el mismo método uno podría argumentar que la palabra “aseidad” no está en ninguno de los libros de la Biblia, por ende Dios no posee aseidad y es cuestionable su existencia, y así sucesivamente con sus demás atributos.
¿Lo notaste? Es absurdo. La conclusión que se quiere presentar no es congruente con el desarrollo argumentativo. Es más, no se puede apelar a textos bíblicos para demostrar que es verdadero, pues lo que se quiere encontrar es el término, y no una suma de versículos.
Notamos entonces que ciertas enseñanzas bíblicas encuentran sentido bajo un correcto aleccionamiento extrapolado que demanda el propio texto, culminando así en términos técnicos que designan una doctrina específica.
Entonces, al hacer un estudio detallado de la Biblia, nos damos cuenta de que hay muchos versículos del Antiguo y Nuevo Testamento que afirman la Trinidad.
¿Qué Declara La Doctrina De La Trinidad?
La doctrina de la Trinidad declara en forma concisa que:
Existe un solo Dios, Dios es Trino; eternamente existente como Padre, Hijo y Espíritu Santo (tres personas o subsistencias que son distintas invariablemente). Cada Persona es completamente Dios: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y son plenamente conscientes de su existencia.
La definición de la Trinidad, como la que se
presentó, es necesaria dentro del ámbito de la naturaleza de Dios. El propósito de esta definición es establecer de
forma conceptual la existencia del Dios Trino.
Considero que no debemos usar definiciones simplistas y muy vagos de información en el momento de presentar la doctrina de la Trinidad.
Solo por mencionar algunos:
"Un Dios en tres personas", "Dios en tres manifestaciones distintas", "Tres seres en Dios", etc.
Es esencial para cualquier enseñanza doctrinal una correcta y sana definición de lo que se quiere presentar. No caigamos en el error minoritario de acuñar piezas fundamentales de la fe como algo sin más.
Esta definición, que cabe recalcar que es de mi autoría, es central y correcto, en el sentido que resalta los elementos
fundamentales de la doctrina de la Trinidad.
Diferentes teólogos a lo largo de la historia han hecho definiciones más que excelentes.
Tales definiciones capturan los aspectos esenciales de la doctrina trinitaria
y proporciona una base sólida para conocerla.
Pilar Teológico Y Filosófico De La Trinidad
Desde un punto de vista teológico y filosófico, dos cosas son necesarias para defender la doctrina de la Trinidad.
Lo primero sería demostrar que Dios tiene una y sólo una esencia, es decir; naturaleza.1. Debe tener tres lados.
2. Debe tener tres esquinas o ángulos.
3. La suma de los tres ángulos debe ser de 180 grados.
Por ende, las características fundamentales y necesarias definen la naturaleza o identidad de un ser.
Es posible tener más de una persona en una esencia
El primer punto que desarrollamos nos abrió un camino sólido hasta aquí, es decir; el punto o premisa dos, lo cual tiene como fundamento la Sola Esencia de Dios. Por tanto, para completar lo que se entiende por Trinidad, sólo resta mostrar que no hay contradicción en tener tres personas en una Sola Esencia.
1. La misma cosa
2. Al mismo tiempo
3. En el mismo sentido (en la misma relación).
Claramente este no es el caso al afirmar. El caso se expone de la siguiente manera:
1. Dios es Uno y Sólo Uno en relación a Su Esencia.
2. Dios es más que Uno, es decir; Tres, en relación con Sus personas.
Afortunadamente y por bendición divina, se no ha revelado el Dios Trino, a través de su Hijo, en la iluminación posterior del Espíritu Santo y plasmado en las Escrituras. Por lo tanto, a partir de la reflexión teológica dada por el mismo Hijo (Jesús) se declaró históricamente lo siguiente.
El Padre es Dios, siendo solamente Padre en virtud de su trina operación interna, es decir, absoluta donación y entrega. Él no retiene para sí mismo el ser divino, sino que todo se lo distribuye a su Hijo y, ambos, al Espíritu.
En este darse al Hijo y al Espíritu haciéndoles participe de su ser, hasta el punto que sean en igualdad de esencia y dignidad como Él, consiste su fontalidad/lo que es primero o pricipal en algo, su autoridad y su primacía no ontológica.
La realidad Trinitaria tiene que ser comprendida desde este acto, que consiste en ser pura donación para el otro, haciendo que el otro sea y surja con la misma dignidad en alteridad y relación, igualmente radicales.
El amor, como donación y entrega, se descubre así como la dimensión o aspecto fundamental del ser del Padre, y en Él y desde Él de toda la Trinidad. Desde esta perspectiva podemos y debemos comprender al Padre como el don original, en quien su Ser y su Identidad consisten en que se regala y está permanentemente saliendo de sí mismo hacia el Hijo y el Espíritu.
El Padre es siendo enteramente hacia el otro, por lo que obtiene su identidad a partir de los otros. Por esta razón, situar a Dios Padre como fuente y principio de la Trinidad, según toda la tradición cristiana, no significa una minusvaloración de las otras dos personas divinas, ni considerar al Padre como persona absoluta. Pues solo es Padre en el Hijo y desde el Espiritu.
El Padre y el Hijo distribuyen la vida a la tercera persona, que es persona en relación a su manifestación por procedencia.
La vida le es común a las tres personas, por eso no se le comunica por naturaleza, sino que se les comunica o distribuye de forma intelectual, puesto que el Padre por función o rol es de quién procede todo. Por consiguiente, si hay una ruptura de procedencia en las tres personas ya no serían tres personas existentes eternamente, puesto que la vida está en los tres como Dios.
Nada hay previo a la relación y en definitiva a la persona del Padre. Éste también es en cuanto es relación y donación total: «En ningún caso "manda" el Padre por ser origen, puesto que son de la misma esencia, de modo que el Hijo y el Espíritu "fueran" al obedecer sus ejecutores, por decirlo así.
La igual eternidad de la procesión del Hijo y del Espíritu repercute sobre el origen, es decir que no llegan a existir, sin embargo no elimina el orden de su origen de procedencia».
El Padre es origen por ser total capacidad de donación sin reservarse nada para sí.
Que el Hijo no se convierta en Padre, aunque este último le comparte todo lo que es y tiene, es la condición de posibilidad para que pueda darse una relación entre Dios y las criaturas que, en la eternidad con Dios, puedan compartir la misma naturaleza divina, sin perder su propia condición, por eso es positivo.
«En la Trinidad inmanente el Padre regala todo al Hijo salvo la paternidad; sin embargo, eso no indica que el Padre se reserve algo para sí. Como tampoco retiene algo para si el Dios trinitario cuando permite a las criaturas "participar de la naturaleza divina"; 2 Pedro 1:4, sin que se conviertan en el Dios que da. Así nos encontramos con el axioma/verdad evidente y fundamental de la positividad del otro».
Entre este origen y final se abre y desarrolla la historia de los hombres en su dramatismo y libertad.
El Padre es el origen y fundamento; Efesios 1:3, así como el destino y fin de toda la historia de la salvación; 1 Corintios 15:28, que efectivamente realiza y lleva adelante a través del Hijo y del Espíritu.
Desde el Padre comprendido como amor en pura donación, en el Hijo, y comunicación hasta el extremo, Espíritu, podemos comprender la creación como la obra de Dios, salida de sus manos, para poder comunicar en ella su amor y sus beneficios. El Padre creador realiza su creación mediante el Hijo y el Espíritu.
La creación lleva el sello del Dios trinitario. Ella es fruto del amor creador del Padre, diseñada a imagen de su Hijo en quien encuentra su consistencia última, y plasmada con la acción del aliento y del agua de su Espíritu, quien como una fuerza interior la conduce hasta su fin.
En primer lugar, tenemos que mencionar a J. Moltmann porque, según él, ha significado una especie de patrocentrismo, y subordinacionismo ontológico de las otras dos personas, que no solo ha repercutido en la teología (olvido del Espiritu Santo), sino también en la comprensión de la Iglesia (jerarcologia) y en la configuración de la propia sociedad (monarquías absolutas).
Comprendiendo al Padre como fuente y origen de la divinidad parece como si Él fuera una persona que no es constituida a partir de la relación, sino a partir de sí mismo. Él sería primero y con anterioridad Padre. Junto a esta crítica de Moltmann ha aparecido también la crítica de W. Pannenberg a un discurso trinitario que ha estado centrado en exceso en las procesiones de origen y no tanto en las relaciones interpersonales, privilegiando así a la persona del Padre en perjuicio de las otras dos. De esta manera no se hace justicia a la reciprocidad de relaciones que en la economía salvífica existe entre el Padre, Hijo, Espíritu.
Es verdad que el Hijo y el Espíritu son enviados por el Padre y solo en referencia a él pueden ser comprendidos, pero esto no indica una subordinación ontológica en lo absoluto, más bien remarca el orden administrativo del corpus trinitario.
También es verdad que el Padre es Padre por su relación al Hijo y al Espíritu.
El Padre es fin último de la historia de la salvación, pero solo es fin último a través del Hijo, que entregará el Reino al Padre para que Dios sea todo en todos; 1 Corintios 15:28.
Lo mismo podemos decir de la gloria.
El Padre glorifica al Hijo, pero también es el Hijo el que glorifica al Padre y ambos en la gloria; Juan 17:1-5, que con cierta base en el Nuevo Testamento fue identificado con el Espiritu en la patristica posterior (Gregorio de Nisa). Según Pannenberg, esto que vale para el acontecimiento de la revelación es válido también para la Trinidad inmanente.
La tesis de Pannenberg ha sido acogida con fecundidad en la teología trinitaria actual. No han faltado teólogos que han continuado este camino con más o menos fidelidad a su propuesta, como el teólogo protestante Christian Schwöbel desde la categoría de relación (C. Schwöbel, Gott in Beziehung. Studien zur Dogmatik, o.c., 1-51), o el católico Gisbert Greshake desde la categoría de comunión (G. Greshake, El Dios uno y trino, o.c.)
Una mirada a la Trinidad centrada siempre y con exclusividad en las relaciones de origen poniendo al Padre como fuente de las otras dos personas divinas puede correr el riesgo de llevar a un implícito subordinacionismo. Sin embargo, esto no significa que haya que abandonar la reflexión que la tradición ha elaborado y madurado durante tantos años. Así, esta postura ha encontrado un acérrimo defensor en el teólogo ortodoxo I. Zizioulas, como en las siempre ponderadas y sugerentes críticas del teólogo español Luis F. Ladaria, para quien la forma de entender las relaciones personales en Dios desde el concepto de autodiferenciación deja en la penumbra que lo característico en el ser de Dios no es la autodiferenciación, sino la entrega mutua y el amor en plenitud (L. F. Ladaria, La Trinidad, misterio de comunión, o.c., 154s; I., «Tam Pater nemo. Quelques réflexions sur la paternité de Dieu», Transversalités (2008) 95-123).
Toda esta discusión ha llevado a la actual reflexión teológica a pensar a Dios desde el paradigma de la comunión, entendida como ámbito de relaciones personales totalmente simétricas entre el Padre, el Hijo y el Espíritu. De esta forma se separa de la teología clásica que, junto a esta comunión, hablaba de un orden intradivino, que sitúa al Padre como origen y fuente del Hijo y el Espiritu.
En estas nuevas propuestas hay una verdadera intención que hay que valorar positivamente: subrayar la igualdad de las tres personas y cómo cada una de ellas es en relación con las otras. Pero siguiendo este camino en la reflexión trinitaria, quizá podamos estar cayendo en una ruptura respecto a la forma de entender esta comunión en la tradición biblica, litúrgica y eclesial, que no está ajena a consecuencias importantes en la vida eclesial. Más aún, en esta línea de reflexión se puede percibir una nueva forma de un viejo peligro: separar la reflexión del Dios trinitario de la historia de la salvación, a pesar de que Pannenberg sostiene precisamente lo contrario.
Finalmente, la reflexión sobre la teología trinitaria tiene que estar estrechamente vinculada al testimonio bíblico y a la acción litúrgica que siempre han hablado de Dios y se han referido a él desde su acción en la historia como salvación y desde la experiencia religiosa que provoca su revelación en el hombre.
Desde esta perspectiva bíblica y litúrgica, la teología no ha tenido más remedio que describir y confesar al Padre como origen sin origen, como fuente inagotable de amor, desde quien se inicia el proyecto de salvación; Efesios 1:3-14, en comunión íntima con el Hijo y el Espíritu. El Hijo es su imagen perfecta; Colosenses 1:15, enviado por él para revelar su rostro; Juan 1:18, y realizar el propósito de su voluntad; Efesios 1:3-5. El Espíritu es su aliento y su amor, derramado en el corazón del creyente; Gálatas 4:6, Romanos 8:16, y del mundo para conducir a la creación a su plenitud consumada; Romanos 8:23-30.
Orden Bíblico De La Trinidad
De una manera sistematizada, la Trinidad se puede ordenar Bíblicamente.
1. La primera persona de la Trinidad es el Padre, Él es la fuente de la Divinidad y de todas las cosas.
El es Trascendente, Incausado y Más allá de la Mera Existencia. Él simplemente es. El sustento se encuentra en el libro de Efesios 4:6, 1 Corintios 8:6.
2. La segunda persona de la Trinidad es el Hijo, quien es la Palabra del Padre. El sustento se encuentra en el libro de Juan 1:1.
Él es eternamente engendrado del Padre, no creado, engendrado, no hecho. El sustento se encuentra en el libro de Juan 16:28, 17:5, 8:58, y en el libro de Apocalipsis 22:13.
Su fuente es en el Padre, y los seres humanos solo pueden acercarse al Padre a través de Él, Él Hijo. El sustento se encuentra en el libro de Juan 5:19, 14:6.
3. La tercera persona de la Trinidad es el Espíritu Santo, quien no es engendrado, ni creado, Él procede eternamente del Padre y del Hijo. El sustento se encuentra en el libro de Hebreos 9:14, y en el libro de Juan 15:26.
Él es el agente activo de Dios en el mundo, y el guía de la iglesia como el de las personas, su fuente al igual que la del Hijo está en el Padre y siempre ha existido. El sustento lo encontramos en el libro de Juan 14:16-17, y en el libro de Hechos 15:28.
La identificación de cada persona es fundamental para conocer el quehacer unánime del corpus trinitario. Por eso es importante mencionar que los miembros interactúan entre sí, y con el mundo.
Un ejemplo conciso y claro de esto se ve en los siguientes acontecimientos bíblicos:
El Padre envía al Espíritu Santo en forma de una paloma sobre el Hijo en su bautismo. El Hijo promete enviar al Espíritu Santo y lo cumple. El Espíritu Santo transforma gloriosamente a los creyentes a la imagen de Cristo y los convierte en el templo de Dios.
Hay interacción presente dentro de la Trinidad.
¿Es Necesaria La Trinidad?
Si, la doctrina de la Trinidad surgió porque era y es la mejor explicación de todo el alcance del testimonio bíblico sobre la identidad de Dios y su relación con la humanidad.
La doctrina de la trinidad fue cada vez más sistematizada en la era posterior al Nuevo Testamento, a medida que aumentaron en popularidad ciertas enseñanzas que no eran consistentes con la fe apostólica. Desde el 325-787 d.C., se convocaron siete concilios ecuménicos para deliberar sobre aspectos de, al menos, un miembro de la Trinidad. Aunque la mayor parte de la discusión se centró en la persona de Cristo, por ejemplo, la relación entre su humanidad y divinidad, inevitablemente involucró el intento de la Iglesia de comprender la revelación de Dios de su ser trino.
Es una de las más desarrollados por el campo académico cristiano, y no es por menos, ya que incorpora de manera integra el entendimiento teológico bíblico en el momento en que se empieza a profundizar en las Escrituras. Y sólo como acotación, los libros, artículos, videos y toda presentación es absurdamente abrumadora, en cuanto a toda la calidad de esta doctrina. Así que no hay contraparte que sea válida.
La riqueza del concepto de la Trinidad inunda varias áreas de la teología. He aquí se presentan algunas.
La redención es un ejemplo obvio, pues todas las personas de la Deidad participan en esa gran obra Juan 3:16; Efesios 2:18; Tito 3:4-6.
La revelación sirve como otro ejemplo, pues el Hijo y el Espíritu colaboran en comunicar la verdad de Dios Juan 16:13; Efesios 1:17-18; Juan 14:26.
La comunión y el amor dentro de la Deidad misma solamente es posible en un concepto trinitario de Dios, ya que si se sostiene otra idea que no sea trinitaria, como la unicitaria, Dios siendo amor en su naturaleza, no tendría ningún sentido, sería incongruente, puesto que el amor no existe por sí mismo o en aislamiento. Se necesita a alguien que sea receptor eterno de ese amor fundamental que también es eterno. De esta manera existe la comunión sustancial del amor.
Y esa comunión es semejante a la comunión del creyente con Cristo 1 Juan 4:9-10; Efesios 6:24; 1 Pedro 1:8.
La prioridad sin inferioridad como se ve en la Trinidad es la base para las relaciones propias entre los Cristianos y el mundo Filipenses 2:5-7; Gálatas 3:28; 1 Pedro 1:22.
En lo íntimo, la oración se practica en una forma trinitaria. Aunque podemos dirigirnos a cualquier persona de la Trinidad, normalmente, de acuerdo con el precedente bíblico, nos dirigimos al Padre en el nombre de Cristo según el Espíritu nos dirige Judas 1:20, Juan 14:14; 16:23, Efesios 1:6; 2:18; 6:18.
Claro está que negar la Trinidad tiene graves problemas en todo el ambito del cristianismo.
Si Jesús no es Dios y es solo un ser creado, entonces, ¿debemos orarle?
Las Escrituras claramente nos llama a orar a Jesús; Juan 14:14, 1 Corintios 1:2, Apocalipsis 22:20, Hechos 7:54-60, 1 Juan 5:11-15, pero si Él no es Dios ontológicamente Omnisciente, ¿verdaderamente puede responder a todas nuestras oraciones?
A su vez, iríamos de manera contraria con la enseñanza de Pablo en su carta a los romanos, de adorar solo al Creador y no q lo creado; Romanos 1:25.
El texto bíblico enseña que debemos adorar a Cristo: Filipenses 2:9-11, Apocalipsis 5:12-14, Hebreos 1.
Entonces, ¿cómo podríamos decir que Él es una criatura de Dios, si se nos dice que no adoremos lo creado?
Lo más crucial es que también estamos atribuyendo la salvación a un ser creado y no a Dios mismo, haciéndolo co-participe de ésta.
¿Hay algún ser creado, que por definición está limitado en poder, conociendo y amor, que sea capaz de asumir todo el peso de la salvación y salvarnos de nuestros pecados?
El texto bíblico señala que la salvación viene solamente del Señor: Jonás 2:9, Salmos 3:8; 37:39, Apocalipsis 7:10, pero fue Cristo en la cruz quien expió nuestros pecados y nos dio la salvación.
Por otro lado, hacemos a Dios un ser menos amoroso y poderoso, dado que Él no podía o no quería venir para salvarnos, sino que envió a un ser creado para hacer un trabajo que Él dice que solo Él puede hacer.
Esto convierte a Dios en alguien distante hacia nosotros, puesto que Él solo envió a un siervo para hacer algo que se considera el acto más importante y amoroso en la historia de la humanidad.
Ahora bien, hablando del Espíritu Santo.
Si el Espíritu Santo no es ontológicamente Dios, se niega su personalidad y la consciencia de su actividad, y solo pasa a ser una creación, una fuerza o energía impersonal, ¿cómo es posible que ese concepto abstracto nos permita a hombres y mujeres confesar la verdadera identidad de Cristo y adorarlo a Él: 1 Corintios 12:3, Filipenses 3:3, Efesios 2:18?
¿Cómo puede ser la fuente de la vida espiritual: Gálatas 5:25; 6:8, Efesios 1:13-14?
¿Como esque da a los creyente una visión de los misterios divinos, ya que sondea las profundidades de Dios: 1 Corintios 2:10-11?
¿Cómo puede transformar gloriosamente a los creyentes a la imagen de Cristo y convertirlos en el templo de Dios: 2 Corintios 3:18, 1 Corintios 3:16?
¿Como se puede describir como eterno: Hebreos 9:14 y omnipresente: Salmos 139:7.
En las Escrituras encontramos que es el Espíritu Santo quien nos guía y nos santifica: Juan 16:7-11, Romanos 15:16, 1 Corintios 6:19-20, 12:13, 2 Tesalonicenses 2:13, 1 Pedro 1:2, pero Jesús dijo que solo Dios es bueno, por ende, ¿cómo podría un ser creado o energía que fluye que no es perfecta como Dios, ser capaz de santificarnos y perfeccionarnos?
Por consiguiente, negar la Trinidad como un elemento clave para la obra de redención es un camino peligroso, tanto para el correcto entender de las Escrituras como para la revelación del Dios Trino.
Hacer esto es una burla para del Evangelio, al confiar en cualquier cosa menos en el Dios eterno.
La verdad de todo esto es que la Trinidad es si misma es valiosa.
Actualmente se defiende la Trinidad en base a otra necesidad, pero, aunque esto no es algo incorrecto en sí, el Dios Trino es lo que es, inconmensurable por el simple hecho de ser.
Estamos muy acostumbrados a pensar las cosas bajo términos de utilidad, es decir; solo es útil en razón de otra cosa.
Pero hay cosas que son valiosas en sí mismas, por su valor intrínseco. Evidentemente podemos dar buenas razones del por qué la Trinidad es una pieza fundamental para el cristianismo, pero en esencia, la Trinidad es una verdad objetiva más allá de cualquier pensamiento subjetivo. Dado que Dios es "Dios" más allá de cualquier pensamiento subjetivo acerca de él.
La Trinidad es sustancial en nuestro diario vivir como cristianos ortodoxos. Tanto el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son esencialmente plenos y perfectamente distinguibles en sus actos.
Identificación De Cada Subsistencia
Una de las formas de identificar la subsistencia dentro del corpus trinitario es reconocer la distinción en su relación.
Algunos teólogos han distinguido a las personas de la Trinidad como; Creador (Padre), Redentor (Hijo) y Santificador (Espíritu Santo).
Tal distinción fue establecida para poder identificar individualmente a cada persona en relación a su obra/rol.
La historia de la redención nace de la Santísima Trinidad.
Ahora bien, esto coloca como base la unidad en la actividad conjunta, es decir; cada uno de estos títulos y actividades se pueden aplicar por igual a las tres personas, dado que cada una es sustancialmente Dios en función unánime.
Esto, que a groso modo parece un problema de identidad, corrige tal visión.
Debido a que Dios es Una y solo Una Esencia, lo que Él Es, lo Es con cada persona (simplicidad), es decir; con respecto a su Sola Voluntad. Por consiguiente, no se quita ni oculta la identidad y diferenciación de cada uno, al contrario, reafirma la unidad de las subsistencias, demostrando que, en efecto, son Dios.
Bajo este sentido, la Biblia enseña claramente que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son procesos de manifestación, no es una mezcla de sustancias, o simplemente máscaras distintas que Dios se coloca de acuerdo con los tiempos o funciones particulares.
Por este motivo, cabe recalcar, que las personas de la Trinidad no son partes desacoplables/desmontables/removibles de quitar y poner de Dios, ni tampoco son, para que sea más entendible, simplemente modos diferentes que Él utiliza de acuerdo con las épocas o actividades concretas.
El punto clave, que ya han de suponer, es que no es correcto pensar que Dios cambia de papel, función, rol o parte, es decir; que es incorrecto pensar que en un instante, Dios se revela como el Padre, y que después, cambia de rol y se convierte (o se transforma) en el Hijo, y que en otras ocasiones, vuelve a cambiar de función, convirtiéndose en el Espíritu Santo.
Solo por mencionar una ilustración de esta mala didáctica, un "maestro" de estudio bíblico incorrectamente enseñó que en el momento en que Jesús sangró en la cruz, el Espíritu Santo también sangró. Esto evidentemente es un error.
Cabe enfatizar que el Espíritu Santo es incorpóreo, y tal característica intrínseca no tiene la capacidad de sangrar. Lucas 24:36-39.
Pero Cristo, por el contrario, sí sangró en la cruz. El crucificado fue Cristo, no el Padre, ni tampoco el Espíritu Santo. Por ende, es necesario que se tenga un correcta enseñanza sobre la distinción de cada subsistencia en el corpus trinitario para no caer en estos errores o similares.
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son "personas" que interactúan entre sí y con nosotros de maneras distintas.
Debido a que cada persona de la Trinidad es completamente Dios, comparten el mismo propósito, pero la actividad y formas en la que piensan y actúan son diferentes en cada caso.
(Entendamos por "personas/persona" en el aspecto de la Trinidad, al término usado análogamente para describir o nombrar la facultad inherente de cada uno con respecto a; 1. Lo Que Es: Padre, Hijo, Espíritu, 2. Lo Que Hace: Actividad Individual, como subsistente en la divina naturaleza).
(Algunos pueden ver éste término muy ambiguo. Se puede optar por Subsistencia, esto es; existencia necesaria y autónoma).
A modo de complemento, el texto bíblico presenta ejemplos más que perfectos para entender lo desarrollado anteriormente, el propósito unánime y la distinción de la toma de acción:
(Distinción e identificación entre el Padre y el Hijo 1)
Cuando en el evangelio de Juan se redacta de forma clara y concisa las palabras que le dijo Jesús a Nicodemo, que el Padre que está en los cielos entregó al Hijo al mundo para qué quien crea en Él (el Hijo) tenga vida eterna, y así cumplir su misión compartida de salvación: Juan 3:16-17
(Distinción e identificación entre el Padre y el Hijo 2)
En el evangelio de Mateo leemos, bajo el contexto de la venidera muerte de Jesús, que el Hijo ora al Padre de forma directa, angustiada y distinguible, pidiéndole que lo libre de lo que ha de venir con él: Mateo 26:38-39
(Distinción e identificación entre el Hijo y el Espíritu Santo 1)
Leemos en Juan que Jesús prometió que después de su ascensión enviaría a sus discípulos el Espíritu Santo que moraría en ellos: Juan 15:26
(Distinción e identificación entre el Hijo y el Espíritu Santo 2)
En este capítulo del evangelio de Lucas leemos que Jesús estaba en la sinagoga apunto de leer las Escrituras como era de costumbre en el Sabbath, y nos damos cuenta que el Espíritu está en Él, y como de forma distinguible lo unge, sin que sean uno convertido en el otro, o que el Espíritu sea Jesús, cumpliendo así la profecía: Lucas 4:17-21
(Distinción e identificación entre el Padre y el Espíritu Santo 1)
En la carta del Apóstol Pablo a Romanos se nos dice que en nuestras flaquezas y problemas el Espíritu Santo (distinguiblemente) nos ayuda en oración para con el Padre (distinguible también) con gemidos indecibles: Romanos 8:26
(Distinción e identificación entre el Padre y el Espíritu Santo 2)
En la carta del apóstol Pablo a los romanos hallamos una declaración sobre la esperanza y el amor que Dios nos a entregado en nuestros corazones por el Espíritu Santo: Romanos 5:5
(Distinción e identificación de los Tres: el Padre, el Hijo y el Espíritu)
En la carta del apóstol Pablo a la iglesia de Éfeso, encontramos cuatro declaraciones trinitarias mediante una secuencia bella en la distribución e identidad personal de las tres personas de la Trinidad: Efesios 2:17-18, 3:14-17, 4:4-6, 5:18-20.
En el libro de Hechos encontramos a Pedro hablando a la multitud acerca de Jesús, mencionando que ha sido exaltado a la diestra de Dios (el Padre) y que ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, que ha sido derramado sobre los creyentes. Una clara afirmación de la identidad distinguible, rol y persona en el Dios Trino: Hechos 2:32-33.
La primera carta de Pedro comienza por ubicar intencionalmente a sus lectores en la historia de la salvación. Leemos que el Padre nos eligió bajo su plena omnisciencia en santificación del Espíritu Santo (ambos perfectamente distinguibles e identificados) para estar en Jesucristo en obediencia (identificándolo por separado, distinguiendo así a las otras dos personas de la Trinidad, pero aún así uniéndolas en manera unánime en la obra redentora): 1 Pedro 1:2.
Y Por último, en el evangelio de Mateo leemos que Jesús vendrá juntamente con el Padre a pasar juicio a todo el mundo: Mateo 16:27
Notamos que la identificación de cada miembro de la Trinidad es fundamental para un correcto funcionamiento doctrinal.
Las Escrituras son claras y directas en comunicar tal distinción.
Estas menciones de identificación entre las personas y la obra de la Trinidad no son reflexiones teológicas separadas, sino que están conectadas directamente con la vida de los cristianos. La Iglesia no puede separarse del Dios Trino, quien ha actuado para salvarla.
Ahora bien, esto no queda aquí. En el siguiente tópico abordaremos de forma técnica y teológica, como lo venimos haciendo, el orden intrínseco, es decir; interno, del Dios Trino.
Evidentemente esto es parte de lo que se expuso sobre: "Relación Interna" e, "Identificación De Cada Subsistencia."
Excursión Teológica Dentro Del Cuerpo Trinitario - Orden Ontológico y Orden Administrativo
En este subtema o tópico siguiente, se hará una travesía por la directiva de cada miembro.
Tradicionalmente el concepto de la Trinidad ha sido visto desde:
A. Perspectiva ontológica.
B. Rol económico o administrativo.
A. Perspectiva ontológica.
La Trinidad ontológica atiende a las operaciones personales de cada Ser.
Examina y explica las actividades por las cuales cada una de las subsistencias es y existe como distinta a las demás en el Ser de la Trinidad. Propiedades personales por las cuales las personas se distinguen.
A esto se le denomina como las opera ad intra, es decir; las obras de adentro.
Actividades personales que no son comunes a todas las personas y que son intransferibles.
El área de estudio de este primer enfoque tiene que ver con la generación (filiación o engendramiento) y procedencia, con lo que se intenta indicar un orden lógico dentro de la Trinidad, pero no implica en ninguna forma la desigualdad, prioridad de tiempo, o grados de dignidad.
La generación/engendramiento y la procedencia ocurren dentro del Ser divino y no llevan en sí noción alguna de subordinación de esencia.
Este factor es incomunicable, es decir, pertenece sólo a una persona.
En el Padre está presente el engendramiento hacia el Hijo y la espiración hacia el Espíritu Santo.
En el Hijo está presente el ser engendrado por el Padre y la espiración hacia el Espíritu Santo.
En el Espíritu Santo está presente el ser espirado por el Padre y el Hijo.
A estas obras, por las razones mencionadas, se las denomina obras divididas (opera divisa)
También se puede plantear de otra manera, pero con la misma esencia y sentido:
"Como tales encontramos el engendramiento y la espiración del Padre, para el Hijo el ser engendrado y espirar, y para el Espíritu el ser espirado."
(Cabe mencionar que aquí sostenemos el Filioque).
Tradicionalmente se ha establecido dentro de tres puntos.
1. El Padre engendra al Hijo y Él es de quien el Espíritu Santo procede, aunque el Padre ni es engendrado ni tampoco procede de nadie.
[El Padre existe por sí mismo, por lo tanto no es engendrado por nadie, ya que Él es la fuente de todo, ni procede de alguno, puesto que su existencia se deriva de sí mismo.
El Hijo procede del Padre por medio de una relación eterna de engendramiento, lo que indica una unión especial y única entre ellos].
2. El Hijo es engendrado y Él es de quien el Espíritu Santo procede, pero El ni engendra ni procede.
[El Hijo es engendrado por el Padre.
Él mismo no engendra ni procede, dado que la relación de engendramiento es única y exclusiva del Padre y el Hijo, y no se extiende a ninguna otra persona de la Trinidad].
3. El Espíritu Santo procede de ambos, del Padre y el Hijo, pero El ni engendra ni de El procede alguno.
[El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. Quiere decir que el Espíritu Santo es en relación a la eterna procedencia del Padre y el Hijo. El Espíritu Santo es el amor divino que fluye entre los dos.
Sin embargo, a diferencia del Padre y del Hijo, el Espíritu Santo no engendra ni es engendrado, tampoco procede de sí mismo, sino que "existe" en virtud de la voluntad divina.
Esto significa que la existencia y la relación del Espíritu Santo con las demás personas de la Trinidad no son producto de una necesidad interna o una ley divina].
(Aclaración, cuando se habla de "existencia" se está haciendo referencia a la comunión eterna entre las personas, y como se da su carácter de persona. No hacemos hincapié a un inicio temporal de su existencia, ni a un momento en el tiempo en que el Espíritu Santo comenzó a existir).
Ahora bien, ¿de donde surge el concepto de generación del Hijo?
J. Oliver Buswell, un teólogo presbiteriano escribe en su Teología Sistemática (A Systematic Theology of the Christian Religion, pgn 105-12) que la generación no es una doctrina basada en la exégesis. El concepto que intenta comunicar, sin embargo, no es contrario a las Escrituras.
Por lo tanto, la frase “generación eterna” simplemente intenta describir la relación de Padre-Hijo en la Trinidad, y, por usar el término “eterna”, protegerla de alguna idea de desigualdad o temporalidad.
Pero ya sea que uno escoja usar la concepción de la generación eterna o no, se tiene que afirmar la relación personal, eterna y de coigualdad del Padre y el Hijo.
Lo que comúnmente se hace es citar o basar la generación eterna en el Salmo 2:7, cosa que no se recomienda hacer, al menos de forma unica y concisa, puesto que no captura la idea central.
Sin embargo, el Salmo 2:7 es la única referencia en el Antiguo Testamento a la relación Padre-Hijo en la Trinidad, y esto, en lugar de ser una base para la generación eterna, es mas bien un salmo mesiánico en cuanto a la encarnación, y por ello un factor principal en el Nuevo Testamento.
Este versículo se cita en el Nuevo Testamento con referencia al nacimiento de Jesús que se cita en el libro de Hebreos 1:5-6, y también a su resurrección que se cita en el libro de Hechos 13:33-34, más no de forma directa hacia lo otro.
Por lo contrario, la procedencia o generación eterna se deriva de una visión teológica más amplia de las enseñanzas bíblicas y de la tradición cristiana.
Por ejemplo, algunos pasajes bíblicos que se han utilizado para la base de esta doctrina son:
Juan 1:1-3.
Este es uno de los pasajes más exactos y congruentes en cuanto a la divinidad, eternidad y engendramiento del Hijo.
La palabra "Verbo" hace referencia a Jesús como el Hijo de Dios, que se hizo carne y habitó entre nosotros: Juan 1:14. Pero anterior a ese evento, está en una relación íntima con el Padre.
La divinidad y eternidad debe ser entendida desde este punto, la filiación de Jesús.
Juan puntualiza que el Verbo no llegó a ser
Dios o a estar con Dios, sino que estuvo siempre, desde el principio. Recordando que para el escritor bíblico “principio”, (ἀρχῇ) archē,
evidenciaba en el Logos una existencia fuera de lo creado, dado que en la
mente de Juan “principio” en Jesús significaba un estatus de
inicio superior/supremo de dignidad por encima de todo lo que comenzó a existir
vv. 3, 10.
El Verbo que se manifiesta encarnado en el Evangelio, vino de Dios, porque estaba con Él (6:46), la expresión de Dios en carne humana tiene razón de ser a causa del envío del Verbo al mundo (7: 18).
La descripción del Verbo como "con Dios", que otras traducciones más precisas lo plasman como "y la Palabra estaba junto a Dios" informa una relación íntima, eterna y personal entre el Verbo (Jesús) y Dios (el Padre).
En la encarnación no llega a ser Hijo,
sino que lo es eternamente.
La última parte "y el Verbo era Dios" indica que el Verbo comparte la misma naturaleza divina que el Padre, y es, por consiguiente, que se le llama "Dios".
Él es verdadero Dios porque es Hijo del Padre por generación eterna y comparte la misma vida que Él.
La conclusión de Juan es que el Verbo participa de la esencia divina. Por esa misma razón es tan Dios como el Padre (1 Juan 5:20).
Por lo tanto, planta una relación eterna y única entre el Padre y el Hijo, lo que se corresponde con la doctrina de la generación eterna del Hijo.
Juan 1:18.
En la continuación del mismo capitulo hayamos un evento sin precedentes. Se describe al Hijo como el Unigénito del Padre.
Lo que presenta el versículo 18 es una afirmación clara y consistente de la eterna existencia de Jesús como Hijo al lado del Padre antes de todo lo creado, puesto que Dios es y existe atemporalmente. Por consiguiente, la relación que existe entre el Hijo y el Padre debe ser gloriosamente eterna como lo relata el verso, y no bajo un estatus temporal. Sería incongruente postular que Dios (el Padre) "esta" en el tiempo por causa de su Hijo, al estar al lado de Él.
Esto se descarta por su propia inconsistencia y por un término que aparece en el verso; Unigénito (monogenes).
La palabra monogenés (μονογενης) "unigénito" es el término que usa el escritor de Juan en Jesús para fundamentar tanto su naturaleza de Hijo como la de su Singularidad, Inigualabilidad y Distinción de ser el Hijo de Dios de una manera que nadie más es.
«Monogenẽs describe la relación absolutamente única del Hijo con el Padre en Su naturaleza divina eterna.
El adjetivo ‘unigénito’ comunica la idea, no de derivación o subordinación, sino de unicidad y consubstancialidad: Jesús es todo lo que Dios es, y sólo él es esto.
El hecho en que el Hijo es "unigénito" informa una relación única y por lo tanto eterna entre el Hijo y el Padre, lo que se corresponde con la doctrina de la generación eterna del Hijo.
Si bien es cierto, “Unigénito” es una traducción que, desafortunadamente, crea confusión, especialmente a los oídos modernos.
Se presenta que la traducción “unigénito” también es usado en declaraciones veterotestamentarias acerca de la existencia de otros hijos de Dios, por lo que Jesús es uno más del montón, implicando también que hubo un tiempo en que el Hijo no existía, es decir, que tuvo un principio como los otros, ya sean celestiales o humanos.
Este es un argumento que se suscita en algunas ocasiones al momento de hablar sobre Jesús y su eternidad, pero esto tiene errores.
La palabra griega traducida así es monogenes. No significa “unigénito” en el sentido de haber sido “dado a luz”.
La confusión proviene de una antigua comprensión errónea de la raíz del término griego. Durante muchos años se pensó que monogenes derivaba de dos palabras griegas, monos (“único”) y gennaō (“engendrar, concebir”).
Los especialistas en griego descubrieron posteriormente que la segunda parte de monogenes no proviene del verbo griego gennaō, sino del sustantivo genos (“clase, género”).
El término significa literalmente “uno en su género”, "único en su clase" o “único, singular” sin ninguna connotación sobre un origen creado. En consecuencia, puesto que efectivamente se identifica a Jesús con Yahweh y, junto con él, es único entre los benê ʾelōhı̂m (hijos de Dios) que sirven a Dios, el término monogenẽs no es un término genérico en el lenguaje del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.
La validez de esto es corroborada por el propio Nuevo Testamento.
En Hebreos 11:17, a Isaac se le llama el monogenes de Abraham. Si conoce el Antiguo Testamento, sabrá que Isaac no era el “unigénito” hijo de Abraham.
Con anterioridad, Abraham había tenido a Ismael (cf. Génesis 16:15; 21:3).
El término debe significar necesariamente que Isaac fue el hijo singular de Abraham, ya que fue el hijo de las promesas del pacto. La línea genealógica de Isaac sería aquella a través de la cual vendría el Mesías.
De la misma manera que YHWH es un elohim, y no hay ningún otro elohim como YHWH, también Jesús es el Hijo único, y ningún otro de los hijos de Dios es como él.
Hebreos 1:1-3.
En este último pasaje, al Hijo se le describe como aquel por quien Dios hizo el universo, y se llama "ἀπαύγασμα τῆς δοξῆς καὶ αρατὴρ τῆς ὑποστάσεως", es decir, "el resplandor de la gloria y la impronta/marca/imagen/ huella distintiva de la sustancia".
El término utilizado para traducir "sustancia" es "ὑπόστασις" (hypostasis) en griego, que puede ser traducido como "esencia", "sustancia" o "realidad".
El hecho en que a Jesús se le denomine gramaticalmente como la ὑποστάσεως misma del Padre, pone como fundamento una vez más la completa divinidad del Hijo, puesto que nadie sobre el universo posee eternamente, Juan 1:1,18, la misma esencia de Dios. Que no es dada en lo absoluto por "herencia", sino por Ser El monogenẽs (μονογενης) del Padre. En efecto, Jesús es Dios ontológicamente y procede del Padre.
El pasaje en cuestión expresa tanto la identidad de naturaleza en la unidad entre el Padre y el Hijo, es decir; el Hijo es la huella perfecta del Padre y está en una íntima relación y unidad esencial con Él, y la distinción de personas, es decir; perfecta identificación de cada uno.
El Hijo es el «resplandor» o el «reflejo» de la gloria luminosa (Éxodo 24:16) del Padre, «Luz de luz» según el Credo Niceno, haciendo referencia a Jesucristo como la manifestación divina de la luz que proviene de la luz de Dios
Y es la «imagen», (Colosenses 1:15), de su esencia, como la exacta «impronta» que deja un sello a través de quien vemos al Padre (Juan 14:9, 2 Corintios 4:4-6).
Débilmente esto se trata de desviar arguyendo que aquí no hace referencia a una co-igualdad eterna, sino a una "semejanza leve" o "comparación menor". Algo que es sumamente estúpido.
Puesto que el término ὑποστάσεως (hypostasis) que aparece en el pasaje indica totalmente lo contrario como lo vimos anteriormente.
El escritor de Hebreos coloca el fundamento clave para entender lo que quiere plasmar, que no es más que la naturaleza divina de Jesús.
El hecho en que el Hijo es la "imagen misma de la sustancia divina" informa que el El comparte con el Padre eternamente la misma naturaleza.
En resumidas cuentas, lo que se concluye a esto es la doctrina de la generación eterna del Hijo.
Vemos pues, que los pasajes bíblicos que se utilizan para sostener la doctrina de la generación eterna del Hijo recalcan una relación eterna y única entre el Padre y el Hijo, en la que el Hijo es de la misma naturaleza divina que el Padre. La doctrina de la generación eterna del Hijo se basa en un estudio exegético sistemático de las enseñanzas bíblicas y en la reflexión filosófica y teológica sobre la naturaleza de Dios. Esta enseñanza es importante para la comprensión de la relación entre el Padre y el Hijo en la Trinidad, y para la comprensión de la naturaleza divina de Jesucristo.
Ahora, abordando la procedencia en cuanto al Espíritu Santo parece más ser un concepto bíblico basado en el libro de Juan 15:26.
Berkhof en su Teologia Sistematica lo define como “aquel eterno y necesario acto de la primera y segunda persona de la Trinidad por medio del cual, ellos, dentro del Ser divino, se convierten en la base de la subsistencia personal del Espíritu Santo, y ponen a la tercera persona en posesión de la plenitud de la divina esencia, sin ninguna división, enajenación o cambio”. (Teología Sistemática, pgn 113).
Dice Charles C. Ryrie también en su Teología Sistemática que:
"La procedencia eterna tiene que apoyarse fuertemente sobre el tiempo presente de la palabra “procede” en el capítulo de Juan 15:26, un énfasis que a mi juicio está mal colocado. En realidad, el versículo no parece referirse en lo más mínimo a las relaciones mutuas y eternas dentro de la Trinidad, sino más bien a lo que el Espíritu haría para continuar la obra del Señor Jesús después de Su ascensión."
En relación con esto, digo yo (el escritor del artículo) que a pesar de hacernos ver ésto tan verazmente Ryrie, notamos, sin embargo, que no descarta de ninguna manera que el Espíritu Santo si procede del Padre a través del Hijo.
Aun así, hay pasajes que si se toman a consideración de manera directa. Estos son:
Gálatas 4:6.
En este versículo, Pablo habla de cómo, a través de la obra del Espíritu Santo, somos adoptados como hijos de Dios y podemos clamar "¡Abba, Padre!".
En este pasaje, el Espíritu Santo es descrito como "el Espíritu de su Hijo", que es enviado por Dios a nuestros corazones y nos permite relacionarnos con Dios como Padre.
La verdad que este pasaje señala es muy interesante.
Pablo al nombrar de forma unida pero distinguible la colaboración que existe entre las tres personas para un fin último, enfatiza que hay en la Trinidad una conexión íntima de relación eterna entre el Espíritu, Dios y el Hijo. Lo que implica, por consiguiente, que Él Espíritu debe ser eterno, puesto que está con el Hijo y con el Padre en una filiación divina antes de ser enviado a la tierra. En efecto, el Espíritu Santo está en unión íntima y procede eternamente.
Hebreos 9:14.
En este pasaje, el Espíritu Santo es llamado "el Espíritu eterno".
El término en griego que aparece para "eterno" es αἰωνίου y lo que gramaticalmente indica junto con πνεύματος es una clara y consistente afirmación de la ontología sin inicio temporal del Espíritu Santo. Puesto que αἰωνίου es un genitivo, indicando posesión o asociación, es decir; que el Espíritu Santo es eterno y no llegó a ser "Espíritu Santo de manera personal" cuando Jesús lo envía, sino que ya lo era y es espirado del Padre y del Hijo.
Implica eternidad del Espíritu Santo en relación con Dios y Cristo, lo que declara la doctrina de la Trinidad.
1 Pedro 1:11-12.
Aquí se hace referencia al Espíritu de Cristo que estaba en los profetas del Antiguo Testamento, quienes predijeron la venida del Mesías.
Lo que hay que notar aquí es como el pasaje menciona el lugar de donde vino el Espíritu Santo, del cielo, indicando la relación que hay con el Hijo y el Padre, de donde procede eternamente hacia nosotros.
Estos pasajes bíblicos apoyan la doctrina de la generación eterna del Espíritu Santo. Esta doctrina es fundamental en la teología cristiana y tiene implicaciones en la forma en que los cristianos entienden la naturaleza de Dios y la obra del Espíritu Santo en el mundo.
B. Rol económico o administrativo.
El concepto de la Trinidad económica concierne a las acciones de administración y gobierno de las personas, es decir; la manera en la cual los miembros de la Trinidad actúan distinguiblemente con la humanidad redimida. Cada persona tiene su tarea singular.
Estos no se pueden dividir, sino que pertenecen a todo el ser; Juan 5:17; 19. Esto es, que las tres personas en cierto sentido trabajan conjuntamente. El Padre a través del Hijo y del Espíritu, el Hijo a través del Padre y del Espíritu. Esto está internamente relacionado con lo que se denomina como perijoresis (pericoresis) que es la coinherencia, o un “ser mutuo”. Las personas de la Divinidad están la una en la otra recíprocamente; Juan 14:2; 17:21, 1 Corintios 2:10-11.
A esto se le denomina como las opera ad extra (las obras de fuera), en otras palabras; sobre la creación y sus criaturas.
Esto se realiza de la siguiente manera.
Para el Padre esto incluye las obras de elegir.
En base a la omnisciencia, el apóstol Pedro declara de una manera formidable el pleno conocimiento de Dios en cuanto a la salvación, 1 Pedro 1:2.
Tenemos también en el Padre el Amar al mundo, Juan 3:16, 1 Juan 4:19.
El de dar Buenas dádivas, Santiago 1:17.
Y como el Creador del universo, Hebreos 3:4
Para el Hijo enfatiza Su sufrimiento, Marcos 8:31; Hechos 3:18; 1 Corintios 15:3; Hebreos 13:11-12; Mateo 16:21; Lucas 9:22.
El acto de redimir, Marcos 10:45; Romanos 3:25; Efesios 1:7; Gálatas 3:13; Tito 2:14; Hebreos 9:12; 1 Pedro 1:18-19
El acto de sustentar todas las cosas, Hebreos 1:3; Colosenses 1:17.
Para el Espíritu de forma conjunta contempla Sus obras particulares de regenerar, Tito 3:5, fortalecer, Hechos 1:8, y santificar, Gálatas 5:22–23, entre otras.
Además, en la economía en un sentido más restringido, es decir, en la economía de la salvación, las personas de la Trinidad existen en una confraternidad judicial. Nada puede suceder sin que cada una esté involucrada judicialmente.
El Padre, como Juez, representa la santidad violada y es iracunda. Pero al mismo tiempo, el pensamiento de la salvación brota en la profundidad de su corazón paternal y manda al Hijo como Mediador y al Espíritu Santo como quien aplica la salvación.
El Hijo realiza la obra de Mediador, pero lo hace oficialmente por amor al Padre, y a través del Espíritu Santo aplica sus méritos.
El Espíritu Santo obra en los corazones de los elegidos, pero lo hace por amor al Padre y al Hijo. (La Pericorética)
Vemos pues que la Biblia en su totalidad da expresa y claramente está hermosa trascendencia conjunta del Cuerpo Trinitario.
Es más, como lo señalé anteriormente en el tópico de "identificación de cada subsistencia", la obra de cada miembro de la Trinidad es perfectamente distinguible e identificada, sin embargo, a cada miembro de la Trinidad se le puede aplicar por igual, dado que cada uno es completamente Dios y son perfectamente unánimes en su toma de acción para con la humanidad.
Un ejemplo pequeño de esto se encuentra en la misma Escritura.
Dios, al igual que el Hijo y el Espíritu Santo, regenera, santifica y limpia: 1 Pedro 1:22-23.
El Espíritu, al igual que el Padre y el Hijo, da vida: Juan 6:63; 2 Corintios 3:6.
El Hijo, al igual que el Padre y el Espíritu Santo, regenera, santifica, limpia y da vida: 2 Corintios 5:17; Hebreos 10:10; 1 Juan 1:7; Juan 14:6. (La Pericorética una vez más).
Esto, en lugar de ser confuso, es totalmente reconfortante y claro. Y es que cada persona de la Trinidad, dado que son Dios, es decir; completamente eternos en propósito y ser, plenos y conscientes consistentemente con la obra redentora, pueden y hacen exactamente lo mismo, en virtud en que los tres tienen un mismo objetivo y fin sin que haya modalismo, lo que indica y fundamenta la unidad del Dios Trino, en lugar de divorciar o separar cada subsistencia por su cuenta, como si se tratase de "seres independientes" sin tener razón de ser, haciendo de Dios un ser aislado y abandonado desde la eternidad.
Una vez ya dejado en claro la singularidad de cada persona, es preciso proseguir con el siguiente tópico o subtema. El cual radica, y sirve de conexión con este, en el funcionamiento de la Trinidad.
Correcto Entender y Funcionamiento De La Trinidad
Tener una visión correcta de la operatividad de la Trinidad es clave. La doctrina de la Trinidad surge para poder explicar la experiencia cristiana de Dios.
Un ejemplo de esto se basa en lo que la doctrina de la Trinidad ha establecido, y cómo en nuestras actividades espirituales esta presente, inevitablemente, el Dios Trino.
Creemos que el Padre envió a su Hijo para cumplir su misión compartida de salvación.
Creemos que Jesús les dijo a sus discípulos que era el unigénito Hijo de Dios.
Creemos en la promesa que dio después de su partida, que enviaría el Espíritu Santo para morar en nosotros.
Creemos que el Hijo, y no el Padre o el Espíritu Santo se hizo hombre/carne, sufrió, murió y resucitó para nuestra salvación, aunque no aparte de la obra salvifica del Padre y el Espíritu.
En nuestra Íntima comunión oramos, por lo general, al Padre, pero lo hacemos a través del Hijo y en el Espíritu Santo, para que nuestra adoración se dirija en olor fragante a las tres personas y no a una sola.
Somos transformados gloriosamente a la imagen de Cristo, y pasamos a ser el templo de Dios, llevado acabo todo esto por medio del Espíritu Santo.
Todo lo mencionado anteriormente es lo que sostiene y enseña la Biblia, y que esta presente de manera total y plena en la doctrina de la Trinidad.
Y esto es lo que nos da una apertura segura y estable hacia la travesía de asentar y determinar la divinidad de cada subsistencia. Allá vamos con el siguiente tópico.
Excursión Bíblica y Teológica Confirmada De La Trinidad
Para este subtema es esencial dividirlo en dos partes.
La primera iniciará un recorrido por el Antiguo Testamento, tocando los puntos más específicos para el desarrollo aproximado del Dios Trino. Y el segundo abordará la plenitud de la revelación bíblica en cuanto al Dios Trino.
Primera parte
Este punto tendrá como centro de estudio la visión israelita del Antiguo Testamento, y como ellos identificaban una pluralidad en la Deidad. Así que empecemos.
Para poder clarificar correctamente la naturaleza de Dios, es necesario conocer su unidad. Sin lugar a dudas, el Antiguo Testamento enfatiza la unidad de Dios. Sin embargo, hay sugerencias claras de que si hay personas en la Deidad. Por lo tanto, uno pudiera decir que el Antiguo Testamento contiene indicaciones que permiten la revelación posterior o progresiva de la Trinidad de Dios.
Tales indicaciones son las siguientes.
1. La Unidad De Dios
El celebrado Shema, que es el nombre de una de las principales plegarias de la religión judía se encuentra en el libro de Deuteronomio 6:4, que llegó a ser la confesión de fe básica del judaísmo, enseña la unidad de Dios.
Este texto puede ser traducido como: "El Señor nuestro Dios es un Señor", o "El Señor nuestro Dios, el Señor uno es", o "El Señor nuestro Dios, el Señor solamente".
Esta última traducción enfatiza la singularidad de Dios más que la unidad, pero implica la unidad por excluir al politeísmo.
Cuando decimos que implica la singularidad hacemos referencia al tipo de Ser que es Dios. Dado que Yahweh tiene Otredad, no hay otro dios como Él.
Y cuando decimos que implica la unidad lo hacemos en referencia al Ser Único e Inigualable en su género. Fundamenta que solamente hay Un ser Divino. Dios es numéricamente uno, no en el sentido en que es uno entre otros, sino única y exclusivamente el único Dios.
Cabe recalcar que la intención de estas palabras era dar una afirmación clara de la verdad del monoteísmo, que solo hay un Dios, no en el sentido de negar la existencia de otros elohim, sino en dirección a su incomparabilidad de ser el Dios de Israel.
De esta manera, mientras que este versículo tenía la intención de ser una afirmación tan clara y concisa del monoteísmo, no excluye el concepto de la Trinidad.
Algunos textos del Antiguo Testamento donde aparentemente contradicen la Trinidad tienen el mismo significado que el anterior. Lamentablemente son aplicados de forma pésima. Por ejemplo:
"No tendrás otros dioses delante de mi." Éxodo 20:3
Lo que implica verdaderamente esto es que hay otras entidades inmateriales que existen y tratan de usurpar el lugar de Dios, pero no habla en contra de la Trinidad.
Deuteronomio 4:35
"A ti te fue mostrado, para que supieses que el Señor es Dios, y no hay otro fuera de él."
Lo curioso aquí es que estas afirmaciones están hablando sobre la singularidad e incomparabilidad de Dios en el tipo de Ser que es, lo que afirma la Trinidad.
Los pasajes en cuestión no están hablando de una unicidad de Dios en el sentido de persona, como tan equívocamente se ha plasmado, sino de la unidad de Dios y su singularidad ante otros elohim.
Por eso es que se dice que Yahweh es un elohim, y no hay otro elohim como Yahweh.
Por lo tanto, esto viene siendo un fuerte argumento contra los que niegan la Trinidad, y articulan equívocamente en sus cabecitas que son tres dioses por separado, confirmándolo de manera contundente. La Trinidad confiesa el Shema.
Lo único que confirman es su falta de escolaridad con respecto al tema, citando estos pasajes del Antiguo Testamento para "derrumbar" la doctrina de la Trinidad.
No hay razón alguna para seguir pensando ignorantemente que en el momento en que se declara que Dios es uno, estaríamos apelando a que es "uno" en el sentido de persona, sino por lo contrario, declaramos que es "Uno" en razón de su Ser o naturaleza Única. Y es aquí donde otra vez se concluye de manera fundamental que Dios tiene/posee Otredad.
2. El Angel de Yahweh (Teofanía de Yahweh Corpóreo)
Una vez que hemos establecido la unidad de Dios, pasaremos a la pluralidad en la divinidad.
Uno de los casos más recurrentes en el Antiguo Testamento es sobre una segunda persona en Yahweh, que se hace visible o presenta de forma especial. Lo que los académicos llaman Teofanía.
(Recordemos que Teofanía es una aparición/manifestación corpórea/visible de Dios al hombre en la Biblia).
El Ángel de Yahweh (mal’akh YHWH) anticipa, pues, la creencia israelita en una Divinidad–es decir, en que Dios comprende más de una persona, cada una de las cuales se identifica como la presencia de Yahweh.
Los escritores del Antiguo Testamento lo describen a menudo como un sustituto de Yahweh o incluso intercambian al Ángel con el propio Yahweh, puesto que la esencia de Yahweh habita en en Él, como a continuación se leerá:
Génesis 16:7-13
"la halló el ángel de Yahweh junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur."
Dentro del contexto, en los versículos siguientes, 8...9...10...11...12... El Ángel le dice que multiplicará su descendencia y dará a luz a un hijo llamado Ismael, el cual significa, "Dios oye", y cito:
11: "Y siguió diciendo: – Estás embarazada y darás a luz un hijo a quien pondrás el nombre de Ismael..."
Aquí hay un punto clave que tal vez desapercibido.
El primero recae en que el Ángel habla de parte de Yahweh, como lo viene haciendo desde el inicio; "la halló el ángel de...", "Y siguió diciendo...", y posteriormente le comunica que está embarazada. Esto es crucial, dado que en el siguiente párrafo del mismo versículo, el Ángel deja de hablar como
un mensajero (mal’akh) y se identifica como el mismo Yahweh,
indicando que Él, el Ángel, es Yahweh que ha estado
hablando con Agar desde el principio:
10: "...Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud."
11: "...porque Yahweh escuchó tu aflicción."
El Ángel de Yahweh reafirma que es Yahweh en esencia hablando con la sierva.
La confirmación se hace mucho más evidente cuando Yahweh le dice el nombre de su hijo. Sabemos que cada nombre en la Biblia conlleva un significado.
Ismael significa Dios ha escuchado. Este nombre, por ende, revela verdaderamente quien era el Ser que estaba hablando con Agar, Yahweh.
La sierva Agar no podría olvidar nunca cómo este Ángel, que más adelante Agar reconoce como el Dios verdadero, puesto que lo declara de esa manera, había escuchado su clamor de aflicción:
13: "Entonces llamó [Agar] el nombre de Yahweh que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve? (RVR1960)
13: "Agar entonces se dijo: ¿Será verdad que yo he visto aquí a aquel que me ve? Por lo que Agar invocó al Señor, que le había hablado, con el nombre de El-Roí - nombre que significa "el Dios que ve". (BHTI)
Es Dios mismo que habló con Agar, y que Agar reconoció completamente.
¿Que hemos analizado aquí?
Esta "especial persona" habló como si fuese distinto de Yahweh, como un mensajero o enviado, y, sin embargo, se dirigió en primera persona, como si Él debiera ser identificado como el mismo Yahweh. Agar, en efecto, reconoció que al ver a este ángel había visto a Dios, y que realmente fue así.
Otro pasaje que evidencia esta Teofanía es el siguiente:
Éxodo 23:20-23
"Mira, voy a enviar un ángel delante de ti para que te guarde en el camino y te lleve al lugar que he preparado. 21 Estén atentos a él y escuchen su voz; no se rebelen contra él, porque no les perdonará su transgresión, ya que mi nombre está en él. 22 Pero si escuchas atentamente su voz y haces todo lo que yo digo, seré un enemigo para tus enemigos y un adversario para tus adversarios. 23 Cuando mi ángel vaya delante de ustedes y los lleve a los amorreos, a los hititas, a los ferezeos, a los cananeos, a los heveos y a los jebuseos, los exterminaré." (LEB)
Lo primordial aquí es la manera en la que se describe al mal’akh.Este Ángel tiene la autoridad de perdonar o negar el perdón de los pecados, algo que sólo Dios puede hacer.
Desde ya notamos que no es un simple ángel del Concilio Divino. La dirección a la que apunta sin desviación es al Señor mismo. Aquel Señor que tiene la autoridad para recompensar o juzgar a su pueblo con base en la fidelidad a su pacto con ellos.
Dios también le otorga al Ángel la responsabilidad de llevar a los israelitas a la Tierra Prometida–algo por lo que el Ángel se atribuye posteriormente (Jueces 2:1-3; cf. Josue 5:13-15).
La autoridad del Ángel y su intercambiabilidad con Yahweh como líder de Israel se derivan del hecho en que el “Nombre
de Yahweh está en él” (Éxodo 23:21), y el Nombre evidencia al mismo YHWH (Deuteronomio 12:4, 11; 16:11).
El “nombre” de Yahweh no se refiere simplemente a las cuatro consonantes del nombre preferido por Dios para sí mismo, YHWH (llamado el Tetragrammaton). Más bien, se refiere al propio Yahweh. Los escritores del Antiguo Testamento a veces se refieren a Dios mismo como “el Nombre”, una práctica que todavía utilizan los judíos ortodoxos modernos.
Los escritores del Antiguo Testamento, de hecho, utilizan el mismo tipo de sustitución, a veces incluso representando “el Nombre” como una persona o un hombre (Isaías 30:27-28; Salmos 20:1, 7).
La idea en que Yahweh puede traer la liberación es familiar, pero cuatro consonantes no protegen al pueblo de Dios– Dios mismo lo protege.
Difícilmente este Ángel (mal’akh) de YHWH pudiera ser un mero profeta o un ángel del Concilio Divino que actuaba en tiempos pre-proféticos como otros lo hicieron. Los pasajes son transparentemente claros, apelar a lo contrario solo demostraría el sesgo personal.
Como lo sugiere Edmon Jacob también. (Theology of the Old Testament - pgn 75-77).
3. Distinción de Personas
En el Antiguo Testamento se señala también algunos pasajes sobre como se distinguen las personas dentro de la deidad de Dios:
Génesis 19:24
A Yahweh se le distingue de Yahweh o de Dios:
"Entonces Yahweh hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Yahweh desde los cielos."
Ahora, algo curioso pasa con el siguiente pasaje, veamos:
Oseas 1:7
"Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Yahweh su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes."
A simple vista no parece algo "extraordinario" o peculiar, pero si analizamos el contexto, es decir el versículo seis del pasaje, nos daremos cuenta de algo:
Oseas 1:6
"Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo." [En adelante, los siguientes párrafos, es Dios quien sigue hablando, pero no lo hace como en un inicio estableció, sino que lo hace en segunda persona].
Si aún no lo has notado, la clave está en
como Dios se refiere a si mismo pero en segunda persona para un mismo
fin, y se distingue del Él mismo al hacerlo, como si otro hablara
por Él.
Estos pasajes aparentemente parecen contradictorios en la forma de ser expresados, o simplemente un juego de palabras que el autor deliberadamente quiso plasmar, vemos que primero uno habla, después habla otro pero de si mismo como si se tratase de una bipolaridad, pero no es asi.
Lo que hemos presenciado en estos pocos pasajes, es la creencia y estructura religiosa de la antigua aceptación judía de los Dos Poderes En El Cielo.
La concepción de esto es básicamente, Dos Yahweh, uno invisible en el cielo y otro manifestado de manera visible, incluida la de un hombre. En muchos casos estos Dos Yahweh aparecen juntos en la misma escena, como lo leímos en el primer pasaje de Génesis, sobre la sierva Agar.
La comunidad judía que heredó el Antiguo Testamento era plenamente consciente de esto. Durante siglos, el judaísmo no se sintió incómodo con la idea de Dos Yahweh. Esta creencia recibía el nombre de "Dos Poderes En El Cielo" y fue sostenida dentro del judaísmo hasta el siglo II AD. Es importante señalar que ambos poderes eran santos.
Esto no es dualismo, donde existen dos divinidades iguales, una Buena y otra mala. Ambos son uno, puesto que es la misma esencia de Dios que se hace presente de forma visible, y la que permanece invisible, manteniendo
su plena incomprensibilidad y trascendencia.
El judaísmo primitivo comprendió esta representación y su razón de ser. No había ninguna sensación de violación del monoteísmo, dado que ambos, en esencia, como decidan presentarse era Yahweh. No había un segundo dios distinto que dirigiera los asuntos del cosmos.
Estableciendo y poniendo en praxis lo que ya hemos aprendido, solo notamos que en Dios hay una pluralidad distinguible e identificada de persona que Él mismo plasma.
(Para una discusión más amplia, específicamente sobre esto, véase todo el material posible del Dr. Michael S. Heiser).
Ahora bien, por otro lado tenemos el pasaje de Isaías mencionando al Redentor, que evidentemente tiene que ser divino, para la misión de redimir:
Isaías 59:20
"Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Yahweh."
Lo que notamos aquí de manera clara es que el Redentor, que por mero contexto tiene que ser Dios/Yahweh, se le distingue de Yahweh de forma identificable y personal.
Este Redentor, que evidentemente sabemos quien es, redimirá a Sion y a todos los israelitas fieles. Pablo en su carta a los Romanos claramente revela e identifica a este redentor, y pone seguridad en lo que se dice. Romanos 11:26-27.
Ahora culminaremos esta primera parte por el recorrido del Antiguo Testamento, trayendo a la mesa el libro de Isaías.
En los siguientes capítulos veremos como al Espíritu se le distingue de Yahweh:
Isaías 48:16; 59:21; 63:9-10
"Acercaos a mí, oíd esto [Dentro del contexto de Isaías, quien está hablando aquí es una persona divina igual que Yahweh, pero que no es Yahweh en primera persona como lo venía haciendo en versículos anteriores. Esto queda claro en la declaración siguiente] desde el principio no hablé en secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y ahora me envió Yahweh el Señor, y su Espíritu. [Vemos dos cosas aquí. Una es que el "enviado" se diferencia de Yahweh. Vemos a este "enviado" hablando por si mismo como si se tratase de una persona distinta. Lo segundo es cuando se habla del Espíritu de manera singular y diferente de Dios, como un Ser propio "su Espíritu", pero en perfecta comunión con su accionar redentor tal como lo expresa la Trinidad. Siempre estuvo presente el Espíritu Santo sin necesidad que se le nombre consecutivamente]."
En cuanto al "enviado" se trata de desviar arguyendo que es el profeta o que es Ciro, pero resulta claro que no se trata de Ciro ni del profeta, porque la frase “a quien Yahweh amó” en el verso 14, es demasiado fuerte para aplicarse al rey pagano, cuando en realidad se trata del Amado de Dios, el Señor Jesús.
El siguiente texto se encuentra en el capítulo 59 del mismo libro:
"Y este será mi pacto con ellos, dijo Yahweh: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Yahweh, desde ahora y para siempre."
En estos versículos lo que se evidencia es que el Espíritu es personal y activo que actua funcionalmente estando "sobre" la persona. Un atisbo de la completitud de la morada del Espíritu Santo en el creyente en la revelación con Jesús.
63: "En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó; en su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los levantó todos los días de la antigüedad."
El contexto primario en estos primeros párrafos es que aquí el Ángel que liberó a los israelitas de Egipto fue el Señor mismo, puesto que un simple ángel dentro del Concilio divino no tiene la facultad intrínseca de salvar, redimir y tener clemencia a un pueblo. Ahora, veremos como hace la distinción de personas con el Espíritu en el versículo 10;
"Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos."
Lo que demuestra este verso es crucial para el correcto entendimiento y ontología del Espíritu Santo.
La evidencia que recalca es clave, debido a que el Espíritu Santo no es simplemente una fuerza impersonal, una fuerza abstracta o un concepto teológico, sino que es un Ser Personal y Real.
Esta es una ilustración de la realidad en que el Espíritu Santo es una persona distinguible del Padre, y que puede enojarse y afligirse tal como lo revela después el Nuevo Testamento "No contristéis al Espíritu Santo de Dios...". La evidencia es bastante clara. Desafortunadamente tenemos a muchas, muchas personas que tienen una confusión tan grande sobre las Escrituras, que no le dan el lugar que merece al Espíritu Santo y al Hijo.
Segunda Parte
Este punto tendrá como centro de estudio presentar corroboración en favor de la divinidad de cada persona de la Trinidad.
Llevaremos tres caminos de evidencia; a favor del Padre, a favor del Hijo, a favor del Espíritu Santo y a favor de la Trinidad conjunta.El Padre
El Nuevo Testamento, al igual que el Antiguo insiste en que hay solamente un Dios, que es el Shema que vimos anteriormente en Deuteronomio.
Solamente hay un Dios verdadero.
Las cartas de 1 Corintios 8:4-6; Efesios 4:3-6; y Santiago 2:19 son claros en este aspecto.
El Padre se reconoce como Dios. Aquí no existe controversia alguna, y varios pasajes enseñan esto: Juan 6:27; 1 Pedro 1:2.
Cabe recalcar que, si el unitarianismo fuera correcto, el capítulo de 1 Pedro 1:2 sería una completa estupidez e incongruencia, ya que la declaración de Pedro junta a las 3 personas de la Trinidad de forma integral en cuanto a su toma de acción de manera unánime en la historia, sin que haya distinciones en cuanto a lo ontológico, ni desviaciones en cuanto a la obra redentora.
Es por eso que la visión equívoca unicitaria no sólo cae en error bíblico, sino también lógico, teológico y filosófico en cuanto a la naturaleza de Dios.
El Hijo
Jesucristo se reconoce como Dios.
Él mismo alegó tener atributos que solamente Dios posee.
Omnisciencia: Mateo 9:4.
Omnipotencia; Juan 5:19.
Omnipresencia; Mateo 28:20.
Él hizo cosas que solamente Dios puede hacer, las personas de su día reconocieron esto, aunque algunas veces contrariamente como los Escribas y Fariseos, por ejemplo:
Perdonar pecados; Marcos 2:5...en adelante.
Resucitar los muertos; Juan 12:9.
Además, el Nuevo Testamento atribuye a Cristo otras obras que solamente Dios puede hacer. Entre ellas están:
Sustentar todas las cosas; Colosenses 1:17.
La creación; Juan 1:3.
El juicio futuro de todos; Juan 5:27.
Si Jesús no es la segunda persona de la Trinidad, y no es eterno ni es deidad como lo es el Padre y el Espíritu Santo, entonces proclamar que por medio de el se crearon todas las cosas es algo absurdo, porque para poder crear algo y ser el objetivo de la creación en sí, se tiene que pre-existir, y solo Dios es pre-existente en el hecho que tiene aseidad. Por consiguiente, en una fuerte reafirmación de la prioridad temporal y la importancia universal de Cristo, este versículo declara explícitamente lo que estaba implícito en el vv16; Cristo existió antes de toda la creación, de esta manera puede ser Verdaderamente el Sustentador y Señor por sobre toda la creación. El primogénito de todo lo que comenzó a existir. Por lo tanto, de forma bíblica, teológica y coherente Jesús es Dios.
En el evangelio de Juan leemos lo siguiente:
Juan 10:30:
“Yo y el Padre uno somos”
Este es uno de los pasajes donde queda totalmente enmarcados la Pericoresis. (Consultar el capítulo 8: "B. Rol económico o administrativo").
Este pasaje declara en forma bella este balance entre la pluralidad de las personas y la unidad de la esencia. “Yo y el Padre” distingue claramente entre dos personas, y el verbo, “somos”, también es plural. Pero, dijo el Señor, “uno somos”; y “uno” es neutro; es decir, uno en naturaleza o esencia, pero no una persona.
Así el Señor Jesús se distinguió a Sí mismo del Padre y, sin embargo, reclamó la unidad e igualdad con el Padre.
En el cuarto evangelio del Nuevo Testamento tambien leemos que la última frase de Juan 1:1 correlaciona la Deidad completa y verdadera con el Verbo, el cual es Cristo.
La traducción correcta de la frase es “el Verbo era Dios”. La exégesis estricta prohíbe la traducción de los Testigos de Jehová “el Verbo era un dios” por diferentes razones.Uno de los principales problemas con esta traducción es que no refleja el uso gramatical correcto del griego.
La traducción correcta del pasaje requiere que el artículo definido "el" (ho) aparezca antes de "Dios" (theos) en ambos casos. La ausencia de "el" antes de "Dios" en el segundo caso es un error gramatical en griego.
La palabra “Dios” no tiene el artículo,
pero si se fuera a entender como indefinido (“un dios”) esta sería la única vez en el evangelio de Juan que se usara esta forma, haciéndole sumamente improbable sobre bases gramaticales que fuera indefinido aquí.
Esto ha sido señalado por muchos académicos y expertos en griego, incluyendo a Bruce Metzger, uno de los principales estudiosos del Nuevo Testamento del siglo XX.
Segundo, la Biblia enseña un estricto monoteísmo. Decir que Jesús es «un dios» equivaldría a decir que no hay tal distinción de Jesús como único Salvador, entre "otros salvadores autoproclamados" dios.
Lo cual es contrario/ilógico, tanto como para el cristianismo que prevalece y se sustenta en Jesús como único Salvador Glorioso de toda la humanidad, como para toda la teología y sus tópicos que se encuentran en la Escritura.
Básicamente se derrumbaria todo lo que conocemos con respecto a la historia de la redención, destruyendo así, todo lo verdadero estructurado desde hace siglos, sólo por preservar una aberración lingüística/teológica que pasa a ser herejía sin fundamento alguno.
Juan no pudiera haber escogido una forma más precisa de expresar las verdades de que el Verbo era Dios y aun así distinto del Padre.
Claro está, que los Testigos responderán, que Jesús no es el Dios Todopoderoso, sino una clase "menor" de dios; un dios "fuerte", minimizando así de la forma más baja posible a nuestro Señor Jesucristo, pero esto está totalmente en contradicción con lo que expone y enseña como doctrina fundamental todo el Nuevo Testamento sobre Jesús.
Que sentido tendría la vida, enseñanza, acciones y muerte de Jesús si simplemente hubiera sido un hombre común y corriente, con cierto grado de poder terrenal revolucionario, y no el verdadero Dios hecho carne.
El Espíritu Santo
Las declaraciones hacia el Espíritu Santo son evidentemente claras.
A Él se le llama Dios; Hechos 5:3-4, 2 Corintios 3:17.
Encontramos algo curioso en el pasaje de 1 Corintios 3:16, que se relaciona de forma perfecta con 1 Corintios 6:19. Pero, ¿cae esto en contradicción o confusión de ser? Pues no, esto no se contradice, ya que el apóstol Pablo sólo cambia de término en cuanto al nombre para referirse al mismo Ser en naturaleza, por eso usa "Dios".
El posee los atributos privativos/intransferibles que solamente Dios tiene como naturaleza:
La Eternidad; Hebreos 9:14.
La Vida; Romanos 8:2, 2 Corintios 3:6.
El Amor; Romanos 15:30.
Omnisciencia; 1 Corintios 2:10.
Omnipresencia; 1 Corintios 6:19.
Realizar Milagros y Señales Por Su Propio Poder; Gálatas 3:5, Hebreos 2:4.
Regenera a las personas; Juan 3:5-6, 8, una obra exclusiva de Dios.
(Si quieres una lectura más extensa y personal sobre el Espíritu Santo, presiona el siguiente texto en rojo, te llevará al artículo ya publicado sobre la doctrina del Espíritu Santo: EL ESPÍRITU SANTO).
Evidencia de la Trinidad de manera conjunta
En este punto no repetiremos los pasajes que ya citamos al principio del artículo, así que solo se agruparan los que no fueron citados.
Mateo 28:19 hace la mejor declaración de ambos, la unidad y el aspecto trino, comunicando igualmente a las tres personas y unirlas de manera singular.
Otros capítulos como Lucas 3:21-22, 1 Corintios 12:3-4, 2 Corintios 13:14, Efesios 2:17-18, Efesios 4:4-6 presentan igualmente a las tres personas. Estas menciones de identificación entre las personas y la obra de la Trinidad no son reflexiones teológicas separadas, sino que están conectadas directamente con la vida de los cristianos.
Como hemos analizado de forma precisa, teológica, bíblica y filosófica, las Escrituras enseñan claramente que hay un solo Dios, Dios es un Ser, y este Ser existe eternamente dando subsistencia a tres hipostasis personales.
Estos y muchas más elementos que no se mencionaron por motivo que solo es una introducción, constituyen los elementos básicos de la doctrina ortodoxa de la Trinidad.
Ahora bien, no todo es color de rosa, no todos están de acuerdo con esta enseñanza bíblica, y han articulado rápidamente posturas contrarias a estas, pero que desafortunadamente para sus defensores no les fue tan bien.
Y es precisamente en este último punto donde se ha desarrollado de forma lenta pero extendida, propio de un virus o una bacteria, las corrientes más
heréticas y blasfemas en contra de la enseñanza histórica ortodoxa del Dios Trino, que difieren totalmente de lo que ya se estipuló. Solo por mencionar algunos son, modalismo, docetismo, arrianismo, patripacionismo, eutiquianismo, nestorianismo, apolinarismo, etc, sobre la Deidad.
Junto con estas nociones heréticas, tenemos también ejemplos pésimos de la Trinidad, que no es más que un conjunto de aberraciones teológicas. Y a eso vamos en el siguiente tópico.
Mal Entendidos, Movimientos Heréticos y Analogías Erradas En Cuanto A La Trinidad
El penúltimo tópico nos abre la puerta al más extenso y desarrollado campo sobre la diversidad de visiones con respecto a la Trinidad.
En el tapiz refinado de la teología cristiana, la Trinidad se revela como la pieza esencial del cristianismo histórico. Cumple con ser la doctrina más desarrollada, corregida y defendida en el colectivo eclesial. Sin embargo, su comprensión ha sido, en ocasiones, objeto de divergencias y malentendidos.
A medida que exploramos la doctrina de la Santísima Trinidad, nos sumergimos en las posiciones heterodoxas que han desafiado la ortodoxia trinitaria a lo largo del tiempo.
Examinaremos las herejías y posturas erradas que han buscado definir, de manera alternativa, la naturaleza del Dios Trino. Y como vuelvo a repetir, no será un aborde sumamente profundo, sino central en lo que se considera importante.
La Biblia enseña de una manera clara y consistente que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son plenamente/completamente Dios ontológicamente. Entender esto en el correcto sentido es clave y necesario para que no procedamos a hacer una caricatura.
Dentro del marco de la doctrina de la Trinidad, al mencionar que cada persona o subsistencia es completamente Dios, se está haciendo referencia a la naturaleza correspondiente de cada uno.La ontología o esencia eterna de los tres.
Dado que Dios es absolutamente simple y no compuesto en naturaleza, lo que Él es, lo Es en Unidad y Esencia. Por consiguiente, lo que de Él existe eternamente es idéntico a su esencia, es decir; Una Sola. En consecuencia, los tres miembros de la Trinidad participan de la misma esencia, eso es ser Dios para cada persona.
No hay una esencia triple o por partes, debido que "Esencia" es una Realidad, y en Dios No hay Tres Realidades o Esencias que forman Uno, sino Una eternamente, por lo tanto no se puede desviar de forma tan infantil asegurando que son tres dioses distintos, eso es una estupidez que nace una reflexión carente de estudio.
La creencia en la divinidad de cada uno, tanto del El Padre, El Hijo, y El Espíritu Santo, no da a entender que hay tres dioses distintos, esto es no entender lo que expone la Trinidad.
Como se expuso al inicio de este estudio, la Trinidad no es un solo Dios que se revela en formas diferentes, y tampoco son tres dioses distintos.
La Trinidad nunca ha enfatizado o inferido la postura de tres dioses diferentes.
Dios no es triple en su naturaleza, al contrario, pone como base la unidad de Dios, y como columna vertebral su pluralidad dentro de su unidad como subsistencia.
Y algo importante para esto es que, al enfatizar la unidad mientras que se descuida el aspecto trinitario, termina en el unitarianismo/unicidad.
El enfatizar el aspecto trinitario mientras que se descuida el de la unidad, lleva al triteísmo/tres dioses revelados, como en el mormonismo.
El aceptar ambos aspectos, conduce a la doctrina de la Trinidad de Dios.
Considerando lo que se explicó anteriormente, durante mucho tiempo se han empleado enunciados organizados para plasmar la divinidad de cada persona en la Trinidad, procediendo a declarar: "Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo".Si somos un poco analíticos e incluso irritantes, nos daremos cuenta que estas frases en lugar de dar luz sobre la divinidad de cada uno, las opaca.
La carencia de léxico en el momento de exponer la Trinidad da como resultado un discernimiento equivocado.
¿Pero, cual es esa equivocación? Simple.
La estructura sobre la cual se formaron los enunciados solo sirve si se explica a posteriori, meticulosamente, lo que se quiere plasmar.
Dicho de otro modo. La formulación que se establece en las tres oraciones da por sentado la compresión de divinidad en cada persona, sin haber hecho antes un recorrido previo para entender que es persona y que es divinidad. Si el receptor lo escucha o lee por primera vez, y no posee conocimiento en lo absoluto de lo que es esencial sobre el tema, el objetivo del mensaje no dara resultado.
Esta típica frase asume de buenas a primeras que la persona conoce del tema para poder aceptarla y posteriormente confesarla. Pero ¿que pasa si no es así? ¿dejamos que lo solucione por su cuenta? ¿lo dejamos a su incertidumbre?
Tal vez soy yo (el escritor de este artículo), que sobre pienso mucho un simple enunciado, pero no me parece adecuado exponer algo tan profundo en tres simples líneas.
Puede y es confuso para un puñado de hermanos en la fe, y otros de la postura contraria, entender que es realmente lo que quiere plasmar este enunciado ni bien se presenta. En pocas palabras y por consecuencia, la presentación de aquel mensaje tiene la tendencia de caer en un mal entendido, confesando una idea pagana de tres dioses revelados.
Afortunadamente esto se remedia.
La alternativa adecuada es transparentemente obvia.
Después de haber hecho un recorrido detallado y central sobre lo que es necesario para entender dicha doctrina, procedemos, por consiguiente, a formular presentaciones correctas sin dejar ningún cabo suelto. Y si por "A" o "B" lo haya, con la base previa que ya tenemos se resuelve.
Tomando en cuenta todo esto, a título personal, no recomiendo emplear este o más comunicados sobre doctrinas que asuman algo que el receptor probablemente no conozca. Tengamos metodología y orden.
Precisamente por ese error algunas personas mal interpretan la Trinidad, y proceden a clasificarla como se mencionó anteriormente, pero tal visión es incorrecta, y con tendencia fuerte a la herejía.
Está de más aclarar que cualquier denominación doctrinal que niegue o no sostenga la Trinidad está considerada como una secta más, no por mi, sino por el cristianismo ortodoxo histórico.
Ciertamente, todas las sectas que se han alejado de la fe cristiana han surgido por causa de uno más grupos de pensadores que ha tratado de explicar o entender alguna fuente de fe primaria y no han podido. La Trinidad no está exenta a esto. La perversión esta presente incluso en esta enseñanza.
Desde los gnósticos, quienes han estado en el tiempo de los apóstoles, hasta las sectas que hoy mundialmente se conocen, niegan y sostienen ideas contrarias.
Exploremos algunos pocos ejemplos:
Arrianismo
El arrianismo es una corriente teológica fundada por Arrio, un presbítero/pastor que confesaba que Cristo y el Espíritu Santo son creaciones espirituales del Padre y no uno en esencia, naturaleza, con Él.
Esta herejía niega que Jesús sea completamente Dios, y que, de hecho, hubo un tiempo en el que no existía, permitiéndole un estado por debajo de Dios.
Evidentemente esta noción junto con su fundador fue condenado como herejía en el Concilio de Nicea (325 DC).
Comúnmente, dentro del contexto de la Trinidad, existe un grupo religioso muy conocido mundialmente por sostener esta postura. Los Testigos de Jehová.
Se les ha reconocido, por ende, como Arrianos.
● Los Testigos de Jehová.
¿Que es lo que sostiene esta secta?
Negación de la divinidad de Jesucristo
Los Testigos de Jehová enseñan que Jesús es una entidad creada y no es igual a Dios ontológicamente, y por lo tanto no creen en su eternidad.
Rechazo del Espíritu Santo como una persona divina
Según los Testigos de Jehová, el Espíritu Santo es simplemente una fuerza activa de Dios y no una persona/subsistencia distinta. Niegan su personalidad y divinidad, considerándolo más como una influencia o poder de Dios.
Negación de la coexistencia eterna de las tres personas
Los Testigos de Jehová creen que solo existe un Dios verdadero, Jehová (el cual es un nombre amalgamado que no evidencia en nada al Padre, ya que es un error hacia el Tetragramaton), y niegan la coexistencia eterna del Padre, de el Hijo y Espíritu Santo. Ven la Trinidad como una doctrina pagana introducida por la iglesia primitiva.
Aunque si bien es cierto, les cabría como anillo al dedo el Parcialismo, una herejía que expone que el Padre, El Hijo y El Espíritu Santo no son 3 personas distintas de Dios, sino que cada una son partes extensivas de Dios, y cada una pasa a tener cierto porcentaje de divinidad.
Triteísmo
El triteísmo es una postura que sostiene la existencia de tres dioses separados e independientes entre sí, cada uno con sus propias características y atributos. Esta doctrina afirma que no hay una unidad esencial en Dios, sino que son tres entidades distintas e individuales.
Comúnmente, dentro del contexto de la Trinidad, existe un grupo religioso muy conocido mundialmente por sostener esta postura, los Mormones o Los Santos De Los Últimos Días. Se les ha conocido, por ende, como Triteístas.
● El Mormonismo y las sectas de Armostrong (la Iglesia Mundial de Dios y sus ramificaciones).
¿Que es lo que sostiene esta secta? Pues veamos.
No aceptan la Trinidad como tres personas en un solo Dios
Los mormones consideran al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo como entidades separadas y distintas, no como una única sustancia divina o entidad trascendente. Básicamente creen en una forma refinada de politeísmo, es decir; creer en más de un Dios dentro de su naturaleza.
Ven al Padre y al Hijo como seres físicos y tangibles
Según el mormonismo, tanto el Padre Celestial como Jesucristo tienen cuerpos físicos. Algo que desde ya evidencia la falta de escolaridad teológica que manejan.
Enfatizan el papel y la divinidad de Jesucristo
Los mormones creen en la divinidad de Jesucristo, pero como una entidad separada y distinta del Padre. Consideran a Jesús como el Hijo de Dios y el Salvador del mundo, pero no como una de las tres personas coexistentes de la Trinidad.
Modalismo (Sabelianismo)
El modalismo es una enseñanza antitrinitaria que tuvo como precursor relevante a Sabelio, un sacerdote y teólogo del siglo III que confesaba que el Padre, Hijo y Espíritu Santo no existen eternamente como tres personas en una naturaleza, sino como tres maneras sucesivas o nombres en las que el Dios unipersonal se ha manifestado históricamente: primero como Padre, después como Hijo y luego como Espíritu Santo. Por consiguiente, se le llama modalismo a este punto de vista, porque no se trata de tres personas, sino tres modos sucesivos en los que el Dios unipersonal se ha manifestado.
Esta herejía antigua también fue confesada por el presbítero católico de la iglesia de Asia Menor, Noeto de Esmirna.
Esta noción fue claramente condenada en el primer canon del Concilio en Constantinopla en el año 381, y aquellos que la confiesan no se les puede considerar como parte de la Iglesia universal.
Unitarismo
El unitarismo es la posición teológica y el movimiento en que Dios es una sola
persona, no tres, y por lo tanto un rechazo de la Trinidad.
Teniendo sus raíces en la controversia arriana al comienzo del siglo cuarto cuando Arrio, presbítero de la iglesia en Alejandría, expuso el sistema de pensamiento que lleva su nombre. (Véase más arriba)
El unitarismo fue condenado por la iglesia primitiva.
El unitarismo moderno ha llegado a ser cada vez más humanista. Muchos miembros de la Asociación Unitarista Americana, fundada en 1825, han llegado a la conclusión que su movimiento no es una parte de la iglesia cristiana. En 1959 votaron para unirse a los universalistas.
Comúnmente, dentro del contexto de la Trinidad, existe un grupo religioso muy conocido mundialmente por sostener esta postura. Los grupos Neo-Pentecostales.
● Grupos Pentecostales
¿Que es lo que sostiene esta secta?
Como es preciso, tenemos 2 lineas de pensamiento heretico en el Neo-Pentecostalismo, el modalista y el unitario.
Negación de la existencia de tres personas distintas
Tanto el movimiento pentecostal unitario como los pentecostales modalistas rechazan la noción de tres personas distintas en la Trinidad. Argumentan que Dios se manifiesta de diferentes formas pero no como personas separadas.
Enfoque en la modalidad o manifestación de Dios
Los pentecostales unitarios y modalistas sostienen que Dios se revela en diferentes modos o manifestaciones, pero no como tres personas eternas. Ven a Dios como un solo ser que se manifiesta de manera temporal como Padre en el Antiguo Testamento, como Hijo encarnado en Jesucristo y como Espíritu Santo en la era de la iglesia.
Repudio a los conceptos de subsistencia eterna y coexistencia de las personas
Tanto los pentecostales unitarios como los modalistas rechazan la noción de que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo coexistan individualmente desde la eternidad. Sostienen que estos son diferentes roles o modos en los que Dios se revela, pero no como personas que existen eternamente.
Monarquianismo
El monarquianismo (del gr. monarquia, "gobernante") es una herejía temprana con respecto a la Trinidad.
Este término se refiere a puntos de vista unitarios acerca de Dios que se originaron en los siglos II y III d.C.
Afirmaron la unidad de Dios; que él es uno así como el monarca es uno.
El monarquianismo tiene dos formas.
El monarquianismo dinámico (del gr. dynamis, "poder") y el modalista (de "modos" de ser).
El primero creía que Jesús era un hombre ordinario, aunque particularmente santo, sobre quien el Espíritu (o Cristo) descendió en su bautismo. Esta poderosa presencia hizo que Jesús pudiera hacer milagros, pero no era divino.
El segundo sostenía que los miembros de la Trinidad son una y la misma persona, no tres personas. El único Dios es designado por tres nombres diferentes: "Padre", "Hijo" y "Espíritu Santo", en diferentes momentos. Son tres modos del único Dios.
Con respecto a que denominación doctrinal sostiene el monarquianismo, no se ha dado un consenso de un grupo específico, puesto que son muy diversos, sin embargo, no es muy complicado encontrar tal enseñanza en algunos evangélicos.
Subordinacionismo
Esta herejía fue sostenida por Justino Mártir (c. 100–c. 165) y Orígenes (c. 185–c. 254) y condenada en el Concilio de Constantinopla (381).
El Subordinacionismo afirma que el Hijo está subordinado por naturaleza al Padre, y que no son uno en esencia.
Como hemos analizado brevemente, estás serían algunas de las aberraciones históricas con respecto al Dios Trino que han surgido a lo largo de la iglesia primitiva.
Si bien es cierto, la gran mayoría de estas nociones heréticas redundan en lo mismo, pero con diferente matiz.
Solo por mencionar uno seria el unicitarianismo en cuanto a las personas del Dios Trino, que a fin de cuentas, tiene el mismo núcleo que el unitarianismo.
La diferencia que tal vez puede hacer la distinción contextual es la posición que se tiene sobre la persona de Jesús, mientras que el unitarianismo enseña que el Hijo no es Dios ontológicamente, la unicidad enseña que Jesús es Dios, aunque de una manera diferente. A fin de cuentas, el término puede ser ambiguo para remarcar una sola perspectiva, dado que las presuposiciones que enfatizan la "unicidad" de Dios es de manera particular.
Lamentablemente estas nociones son sostenidas hasta el día hoy, debido a una mala teología y compresión del cristianismo.
Cabe recalcar que no ha dado una lista exhaustiva sobre las herejías, dado que algunas no apuntan directamente a la Trinidad, sino que la Persona de Cristo (Cristología) y al Espíritu Santo (Pneumatología). Igualmente todas son graves. Recordemos que no hay nada nuevo debajo del sol que no haya sido defendido por los patriarcas de la iglesia.
Ahora bien, en relación a esto, tenemos los clásicos del Trinitarismo en cuanto a la forma de ser explicados, nos estamos refiriendo a las malas interpretaciones y analogías erradas.
Esta interesante manera de explicar la Trinidad surgió a lo largo del desarrollo doctrinal del tema en cuestión, que, desafortunadamente, algunos siguen aplicando. Veamos algunas de ellas son:
La Trinidad es como el agua.
"El agua (H2O), que se encuentra en 3 maneras distintas, líquida, sólida y gaseosa, pero es agua. Así es la Trinidad. " (Modalismo).
Una mala ilustración que se usa con frecuencia por muchos cristianos con buena intención, pero la buena intención no los exime del error.
El problema con esta analogía es que ninguna gota de agua está en los tres estados al mismo tiempo. Sin embargo, Dios es tres y uno al mismo tiempo. Por ende, esta ilustración implica la herejía del modalismo (que Dios tiene una esencia pero no es tres personas distintas).
La Trinidad es como el sol.
"El sol, donde tienes la estrella, la luz y el calor. El Padre y el Hijo es la luz, y el Espíritu Santo el calor." (Arrianismo).
El problema con esta analogía es que no reconoce la eternalidad de cada persona dentro de la Deidad. Admitiendo así un inicio temporal de las dos personas divinas. Así como el calor y la luz no son la estrella en sí, si no que son creaciones de ella.
Por ende, esta ilustración implica la herejía del arrianismo (que el Hijo y el Espíritu Santo son creaciones de Dios y no uno en consustancialidad).
La Trinidad es como el trébol de tres hojas
"El trébol, donde localizamos tres hojas, y estos tres forman al trébol que son el símbolo ideal de Dios, su Hijo y el Espíritu Santo." (Parcialismo)
Otra ilustración defectuosa de la Trinidad es que Dios es como el trébol de tres hojas. Incluso admitiendo ya que esto descarta la eternidad en la Deidad, el punto focal a la que apunta esta analogía es que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son tres personas distintas e identificables, sino que cada uno son partes del único Dios en esencia, admitiendo que cada uno tiene parcialmente o en ⅓ la divinidad.
La Trinidad es como el ser humano
"El ser humano, que es alma, cuerpo y espíritu, y estos tres son uno". (Modalismo)
Otra ilustración defectuosa de la Trinidad es que Dios es como el hombre. Incluso admitiendo ya que esto descarta la eternidad en la Deidad, también esta la tricotomía implícita, un problema con esto es que el alma y el cuerpo humanos se separan al morir.
Los miembros de la Deidad son inseparables. Además, Dios no tiene cuerpo "Él es Espíritu puro" Juan 4:24.
La Trinidad es como un actor
Un actor interpretando tres papeles. Así es la Trinidad. (Modalismo)
La mayoría de nosotros hemos visto una obra de teatro en la que una persona interpreta dos o más papeles. Sin embargo, esto es en realidad una ilustración de la herejía sabeliana, no de la Trinidad ortodoxa.
En este último, hay tres personas diferentes que existen y actúan al mismo tiempo, pero comparten una sola esencia divina.
La Trinidad es como una cadena
Los tres eslabones de una cadena están unidos, lo que conforman uno a la vez. (Triteísmo)
Otro pobre ejemplo ofrecido de la Trinidad es una cadena de tres eslabones.
El problema aquí es que los enlaces son tres cosas diferentes. Entonces, a pesar de las buenas motivaciones que pueda haber
detrás, lo que se ilustra es el triteísmo, no el trinitarismo.
Dios es solo una sustancia, no tres
diferentes unidos de alguna manera.
La Trinidad ejemplificado como Cerbero
Cerbero, un perro de tres cabezas que es un mismo cuerpo o perro (o esencia) y tres centros de conciencia.
En esta analogía se puede al menos notar cuatro problemas.
Simplificación excesiva
La Trinidad es un concepto teológico complejo que intenta describir la relación entre las tres personas divinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Compararla con el perro Cerbero, que es una figura mitológica de la antigua Grecia, puede reducir la complejidad de la Trinidad a una simple imagen que no refleja completamente su significado teológico.
Asimetría en la representación
La analogía del perro Cerbero presenta tres cabezas unidas en un solo cuerpo, lo cual no es consistente con la doctrina de la Trinidad. En la Trinidad, cada persona divina es distinta y completa en sí misma, sin compartir una única identidad corporal.
Confusión de roles y funciones
En la analogía, cada cabeza del perro Cerbero tiene una función específica, mientras que en la Trinidad, las tres personas divinas comparten roles y funciones en perfecta armonía. La analogía no logra capturar esta interconexión y cooperación entre las personas divinas.
Limitación espacial y temporal
El perro Cerbero es una figura mitológica que existe en un contexto físico y temporal específico. Por otro lado, la Trinidad se considera una realidad divina eterna y trascendente más allá de las limitaciones humanas de tiempo y espacio. La analogía no abarca esta dimensión espiritual y transcendental de la Trinidad.
Y así sucesivamente con El Huevo, La Manzana, y El Hombre, como Marido, Padre y Empleado.
La Trinidad es si misma no puede ser comprendida a través de ejemplos muy vagos y simplistas.
La Trinidad es un misterio de aquel Dios naturalmente incomprensible, que no puede ser capturado a plenitud en un solo razonamiento. Y esto en lugar de ser un problema remarca la trascendencia de su Ser y corrige cualquier pensamiento altivo. La mente finita e incapacitada del ser humano no puede comprender plenamente la naturaleza y los atributos de Dios, debido a las diferencias ontológicas entre lo divino y lo humano.
Históricamente confesamos la verdad parcial inequívoca del Dios Trino por el Credo Atanasiano. Cito: "Adoramos un Dios en Trinidad y la Trinidad en unidad, sin confundir las personas ni dividir el Ser divino (esencia). Porque una es la persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo. Pero el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo tienen una sola divinidad, gloria igual y coeterna majestad..."
Las herejías y errores doctrinales que han surgido a lo largo de la historia para explicar la Trinidad, negarla o tergiversarla ya han sido confrontadas correctamente por el correcto entendimiento de esta doctrina fundamental.
Lo que si tenemos a nuestra disposición, gracias a la Misericordia de Dios, son las Escrituras, y con esta, la inmensa riqueza teológica y filosófica para el correcto estudio de la misma.
Apuntes Finales
Otro aspecto a tener en cuenta, y reclutando lo que se dijo, ninguna ilustración pudiera posiblemente captar todo lo que abarca la revelación bíblica de la Trinidad. La mayoría equivalen, a lo sumo, a la idea de “tres en uno”.
Un diagrama común intenta representar a la Deidad como Uno, sin embargo, presenta a cada persona como Dios y también distinta.
Ser cristiano es ser trinitario, porque, aunque la palabra "Trinidad" no aparezca en ninguna parte en el Nuevo Testamento, el mensaje y la experiencia del evangelio resulta incomprensibles sin ella.
By: Soto Galvez, Pablo