EL ESPÍRITU SANTO





El Espíritu Santo es el tercer miembro del Dios Trino y, como tal, es completamente Dios y completamente personal.

Empezamos


Una de las áreas clave de discusión con respecto al Espíritu Santo ha sido su estado ontológico, que se refiere a la naturaleza fundamental del Espíritu Santo y su relación con la realidad, o sea, lo que Él es en sí mismo de manera  metafísica, y su relación dentro de la Divinidad con el Padre y el Hijo.

La fórmula bautismal de Mateo 28:19 contiene un punto de partida inicial y sucinto para esta discusión. Aqui, a Dios se le describe como "Padre, Hijo y Espíritu Santo". Dado que esta formula bautismal implica un compromiso radical y sincero a Dios, los autores cristianos en el Nuevo Testamento y en la antigua iglesia naturalmente incluían al Espíritu Santo dentro de la Deidad.

La fórmula bautismal de Mateo 28:19 es una de las principales bases bíblicas para la inclusión del Espíritu Santo en la Deidad como un Ser Personal y distinto del Padre y el Hijo en cuanto a operaciones administrativas/económicas, que formaron parte de la iglesia cristiana primitiva.

La inclusión del Espíritu Santo en esta fórmula bautismal muestra que los autores cristianos y la iglesia primitiva entendían al Espíritu Santo como una persona divina en igualdad de condiciones con el Padre y el Hijo.
Esta creencia fue desarrollada y afirmada por los teólogos y líderes de la iglesia cristiana en los primeros siglos, y se convirtió en una doctrina fundamental para los cristianos en todo el mundo. Lamento decirte que si no sostienes en tu teología el fundamento de la Trinidad, no formas parte del cuerpo místico de Jesús. Por lo tanto, la inclusión del Espíritu Santo en la fórmula bautismal de Mateo 28 es un indicio importante de la inclusión del Espíritu Santo en la Deidad por parte de la iglesia primitiva.

Solo por nombran algunos, por ejemplo:

Justino Mártir (100-165 d.C.): "Nosotros los cristianos adoramos y veneramos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo" (Diálogo con Trifón 6).

Ireneo de Lyon (130-202 d.C.): "El Espíritu de Dios, que también fue revelado a los profetas, nos anuncia la venida del Señor" (Contra las Herejías 3.17.1).

Tertuliano (160-225 d.C.): "Hay un solo Dios, pero la divinidad se divide en tres, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo" (Contra Práxeas 2).

Orígenes (185-254 d.C.): "El Espíritu Santo es uno de los tres, coeterno e igual al Padre y al Hijo" (Principios 1.3.5).

Atanasio de Alejandría (296-373 d.C.): "Creemos en el Espíritu Santo, que es de la misma sustancia que el Padre y el Hijo" (Carta sobre el Concilio de Nicea).

Estas citas demuestran claramente que la enseñanza en la divinidad del Espíritu Santo de manera única fue una doctrina fundamental en la iglesia primitiva, y que se mantuvo a lo largo de los siglos como parte de la iglesia ortodoxa de la doctrina bíblica y Trinitaria.

Ahora, haciendo un análisis general dentro de la revelación bíblica, hay numerosos textos en el Nuevo Testamento que hablan de su deidad y que hace lo que sólo Dios puede hacer. Del mismo modo también algunos presagios en el Antiguo Testamento que hablan implícitamente de su deidad.

Por lo tanto, es necesario hacer una excursión dentro de las Escrituras para poder confirmar y verificar esto. Así que examinemos.

El Espíritu Santo permite a hombres y mujeres confesar la verdadera identidad de Cristo y adorarlo a Él: 1 Corintios 12:3, Filipenses 3:3, Efesios 2:18, Él es la fuente de la vida espiritual: Gálatas 5:25; 6:8, Efesios 1:13-14, les da a los creyente una visión de los misterios divinos, ya que sondea las profundidades de Dios: 1 Corintios 2:10-11, Él transforma gloriosamente a los creyentes a la imagen de Cristo y los convierte en el templo de Dios: 2 Corintios 3:18, 1 Corintios 3:16. También se le describe como eterno: Hebreos 9:14, y omnipresente: Salmos 139:7, implícitamente se le da el "epíteto" de "Dios": Hechos 5:3-4, y es aqui, en este pasaje, donde queda totalmente excluido una distinción modalista en ambos cuando se citan simultáneamente. Se mencionan a los 2 en armonía en la misma luz en que El Creador y el Paráklētos, son Dios/Divinos, y por último, es llamado con el título divino de "Señor": 2 Corintios 3:17.

Damas y caballeros, no hay manera de escaparse de esta verdad.
Con estas pocas líneas hemos demostrado, más allá de toda duda razonable que podemos inferir lógicamente y que tienen respuesta, que el Espíritu es Dios.

Desafortunadamente tenemos a muchas, muchas personas que tienen una confusión tan grande sobre las Escrituras, que no le dan el lugar que merece al Espíritu Santo.

Recordemos que la doctrina de la Trinidad no genera problemas para nuestra teología, sino que resuelven problemas que existen en teologias erradas.

Asi que continuamos complementando.

Que el Espíritu sea una persona, a menudo se niega expresando el concepto de que Él es una personificación, digamos, del poder muy semejante a la afirmación de que Satanás es una personificación del mal.
Esta negación de Su personalidad ha ocurrido a través de la historia de la
iglesia, primero por los monarquianos, los arrianos, los socinianos y hoy por los unitarios, los liberales, y algunos teólogos neoortodoxos.
Como persona, puede ser entristecido y se le puede mentir: Isaías 63:10, Efesios 4:30, Hechos 5:3-4, Él guía a los creyentes: Gálatas 5:17puede enseñar a las personas: 1 Corintios 2:13, cabe recalcar que puede hacer las dos cosas al mismo tiempo, y agregar otra más, nos guía a la verdad oyendo, hablando, y haciendo saber: Juan 16:13.

El simple hecho en que la biblia admita, a través de las palabras de Jesús, que el Espíritu Santo tiene la facultad intrínseca de guiar, hablar, tener voluntad y hacer conocer, deja de ser un simple concepto teológico.

Hace posible la oración: Judas 1:20, Efesios 6:18, en incluso ora, Romanos 8:26-27, y nos damos cuenta con esto que existe una agencia personal en cuanto a su Ser, que actúa de manera integra con las demás personas.

Puesto que la personalidad genuina posee la inteligencia, los sentimientos, y la voluntad, y puesto que el Espíritu tiene estos atributos, Él es más que una simple idea abstracta, influencia, fuerza o energía "vital". Estas son actividades que una influencia o una personificación no pudieran hacer, debido a que no cuenta, de manera interna, con la característica de realizarlo o poseerlo.

Al apelar tales cosas, de manera contraria, estaríamos reduciendo de una manera sorprendente el ser en sí mismo del Espíritu Santo, su naturaleza divina y co-accionar ontológico con la humanidad.

Por otro lado, a Él se le atribuye lo que sólo se le podría adscribir a una persona.
Él es uno a quien hay que obedecer: Hechos 10:19 21, se le puede resistir: Hechos 7:51, se le puede blasfemar: Mateo 12:31, se le puede afrentar: Hebreos 10:29.

Es incongruente pensar que una influencia actúe y reaccione de estas
maneras.

Varias veces los escritores del Nuevo Testamento usan un pronombre masculino para referirse al Espíritu, lo cual es neutro.
El ejemplo más claro de esta excepción al uso gramatical normal es Juan 16:13-14, donde se usa el pronombre masculino demostrativo dos veces para referirse al Espíritu mencionado en el versículo 13.
Otras referencias son menos claras, puesto que los pronombres masculinos usados puede que se refieran al término "Paráklētos", el cual es masculino, Juan 15:16, 16:17-18, o a la palabra arras, que también es masculina [en griego], Efesios 1:13-14Sin embargo, la excepción clara al accidente normal en Juan 16:13-14 sí respalda la personalidad real del Espíritu.
Cada una de estas líneas de evidencia escritural nos lleva a la conclusión de que el Espíritu Santo, aunque un ser espiritual, es una Persona real como el Padre, o el Hijo, o como lo somos nosotros.

Hay números pasajes en las epístolas del Nuevo Testamento donde el Espíritu Santo se une al Padre y el Hijo como co-causante de manera eterna, sin confusión ni alteración, en perfecta igualdad en cuanto a las bendiciones divinas que pertenecen a los creyentes en Cristo: 2 Corintios 13:14, Tito 3:4-7, 1 Corintios 12:4-6, Efesios 4:4-6, 1 Pedro 1:2, Judas 20:21Romanos 8:9-11.

Varias declaración de Cristo en su discurso de despedida: Juan 14:16, son especialmente ricas en relación con el estatus ontológico del Espíritu Santo. Por ejemplo, el Espíritu Santo está siendo enviado en el lugar de Jesús como "otro Abogado/Consolador", pero es sólo a través de la presencia del Espíritu en la vida de los discípulos que Jesús y el Padre también están presentes: Juan 14:23.

El pasaje indica que, a través de la presencia del Espíritu Santo en la vida de los discípulos, tanto Jesús como el Padre también estarán presentes. Esto significa que el Espíritu Santo no solo representará a Jesús, en el sentido de continuidad en la obra de la redención, sino que también traerá la presencia de Dios Padre a la vida de los creyentes, esto se menciona en diferentes pasajes como en un principio se citó.

Esto muestra la íntima relación y comunión que existe entre la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

(Si quieres adentrarte de una manera extraordinaria y profunda en la doctrina de la Santísima Trinidad, te invito a que leas mi artículo ya publicado sobre tal doctrina. Estoy seguro que te ayudará en sobremanera, sólo debes presionar el texto a continuación: LA TRINIDAD - INTRODUCCIÓN).

Estamos observando que en realidad no están difícil levantar un caso a favor de la Deidad del Espíritu Santo, que en medida es una verdad absoluta, de la constitución ontológica del Espíritu Santo, de la agencia personal del Espíritu Santo, de la comunión del Espíritu Santo con el Padre y el Hijo, de la relación del Espíritu Santo con las otras 2 personas de la Trinidad.


Leamos juntos algunos versículos clave para respaldarnos sin lugar a dudas en la Biblia.

(Se han omitido algunos pasajes aquí porque ya han sido citados en la exposición de este artículo)

1 Corintios 12:3

"Por eso les advierto que nadie que esté hablando por el Espíritu de Dios puede maldecir a Jesús; ni nadie puede decir: «Jesús es el Señor» sino por el Espíritu Santo."

Salmos 51:11

"No me alejes de tu presencia ni me quites tu Santo Espíritu."

1 Corintios 2:10

"Ahora bien, Dios nos ha revelado esto por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las profundidades de Dios."

2 Corintios 13:14

"Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes."

Efesios 1:13-14

"En él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido. Este garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria."

2 Corintios 3:17-18

"Ahora bien, el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu."


Esto es la doctrina del Espíritu Santo.



By: Soto Galvez, Pablo

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